La Habana
La mejor puesta de sol
Quien esté buscando una impresionante puesta de sol en La Habana debe trasladarse hasta el lado este de la bahía, donde se alzan el castillo del Morro, la fortaleza de San Carlos de la Cabaña y la batería defensiva de la Divina Pastora, hoy un restaurante de vistas privilegiadas. Desde estas tres atalayas, la curva del malecón y la silueta de la capital adquieren una magia especial cuando cae el sol. A esa hora el cielo se convierte en un incendio naranja, y parece como si uno se hallase acodado en la borda de un barco rebosante de historia.
Comprar un recuerdo
Dos mercadillos de artesanía
han florecido con personalidad propia. Uno es el de Malecón y calle E, y otro, el que queda en la calle Tacón, a la entrada de la plaza de la Catedral. Antes,
los artesanos comercializaban preciosas pulseras, collares y peines de carey, pero ahora es ilegal. La escasez de materias primas es suplida con ingenio: se pueden encontrar regalos interesantes y curiosidades. Otro buen mercado es el de libros viejos de la plaza de Armas.
Lugares poco conocidos
Muchos turistas se marchan de La Habana sin saber siquiera que existe un pequeño pero agradable barrio chino. Queda en Zanja, a la altura de las calles Rayo y San Nicolás, y tiene restaurantes, sociedades chinas y cafeterías muy baratas, además de un ambientazo. Otro lugar poco explorado es el antiguo Country Club, sede del Instituto Superior de Arte de La Habana. El campus universitario alberga lo más interesante de la arquitectura revolucionaria, que se alza en lo que antes fue el campo de golf
y el área de equitación.
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