Quasimodo en la catedral de Barcelona
En la torre del campanario de la catedral, un apenado jorobado lloraba sus penas de amor. Era, por supuesto, Quasimodo, pero no se trataba de Notre Dame de París, sino de la catedral de Barcelona. Para sorpresa y alarma de los transeúntes, la aparición del inmortal personaje de Victor Hugo estuvo acompañada de pirotecnia. Se trataba de la presentación del musical Notre Dame de París, que podrá verse en el Palacio de los Deportes a partir del 23 de noviembre. La llamada de un particular asustado por los petardos y el humo artificial comportó que acudieran los bomberos.
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