Enanos contra bichos

La salida al mercado de Blancanieves y los siete enanitos supone algo más que el reencuentro con la eterna y pálida niña que entabla amistad con siete enanos del bosque que la ayudan a escapar de la que sigue siendo la bruja más exquisita del cine, y el reencuentro con el primer largometraje animado de la historia, estrenado en 1937 y consagrado con un Oscar especial por la hazaña. En 1997, alarmados todavía por la fuga de su ejecutivo estrella Jeffrey Katzenberg hacia la recién nacida y futura competidora DreamWorks, los de Disney firmaron un convenio con Pixar, una subsidiaria de Apple, que les permitía husmear en los terrenos de las nuevas tecnologías de animación 3D. Del éxito Toy Story nació un convenio para otras cinco películas, de las que ya se han estrenado Bichos y Toy Story 2 con un éxito tan estruendoso que acentúa la catástrofe taquillera de Dinosaurio, El emperador y sus locuras y Atlantis. Se ven ahora en la necesidad estratégica de convencer a Pixar para renovar por otras cinco películas y lo que temen es una negativa que agregaría un nuevo y poderoso bicho a un paisaje de creciente competencia que tiene a Katzenberg contando sus millones sobre la panza mugrienta de su ogro Shrek, la hipertecnológica Final Fantasy asombrando al mundo y una nueva categoría de Oscar para este año, que premia al mejor filme animado.