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'Un poco de respeto'

Ayer por la mañana, una mujer que cruzaba la calle entre dos coches tropezó con la escoba de Francisca López y le pidió disculpas. Fue lo mejor que le pasó en todo el día y en otros muchos de trabajo. Porque lo normal es que le recriminen cualquier cosa. Francisca López (Berja, 1959) es una de los miles de personas que cada día barren las calles de Barcelona y asegura que lo que de verdad echa en falta es 'un poco más de respeto'. Mañana se sumará a la huelga para reivindicar mejores condiciones de trabajo y una reducción de jornada que haga que la empresa contrate a los eventuales ('casi el 30%', asegura) que forman la plantilla. También lo hará Eusebio Arellano (Puertollano, 1943). Ambos trabajan en FCC.

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Ella es una más de las mujeres que realizan ese trabajo desde hace unos 12 años. 'Ahora ya no llamamos la antención, pero al principio nos decían de todo', explica. Su jornada empieza cada día, de lunes a sábado, a las 7.00 horas, cuando el encargado le da las herramientas y el recorrido. Unos 12 kilómetros que debe recorrer en 6 horas y 40 minutos. Además en ese tiempo tiene que cubrir la distancia que haya entre el centro de trabajo y la zona asignada (unos 30 minutos de ida y vuelta). Muchas veces no pueden terminar y se gana una regañina.

Francisca López, una mujer alegre y satisfecha con su trabajo -'me gusta, de verdad'- , afirma que Barcelona es una ciudad 'muy sucia'. Trabaja en la zona alta (Bonanova y Muntaner), pero incluso allí se puede encontrar de todo, con especial predominio de excrementos de perros, sin que falten las jeringuillas, aunque no tantas como las que se encuentra Arellano en la zona de Montjuïc.

La pasada semana Francisca se topó con un murciélago vivo, y semanas antes, con un pato, también vivo. Una jaula con un hámster ya no es ya raro. 'Lo peor es el verano. Las hojas del otoño son malas, pero el calor es peor, porque el ritmo tiene que ser el mismo'. En primavera hay barrenderas que tienen que llevar mascarilla a causa de las alergias. 'Y todo el día con mascarilla es muy duro'.

Ella lleva 12 años en la empresa; él, 15. Esa antigüedad hace que sus sueldos ronden las 135.000 pesetas, con 14 pagas y media. Piden el 4% más y una reducción de tres horas semanales. 'Que nos lo dieran sería una muestra de consideración'. Los dos aseguran que no se sienten valorados ni por la empresa ni por la sociedad ni por el Ayuntamiento. Por eso piden 'un poco más de respeto'.

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