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Entrevista:Neil Gershenfeld

'Separar la física de la informática es una aberración'

El director del Consorcio Things That Think (TTT) y del grupo de Física en el Media Lab del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) presenta la casa del futuro.

Este investigador infatigable consiguió que neveras y tostadoras hablasen. También demostró que una molécula de cloroformo podía ser un ordenador. Ahora su equipo desarrolla una pintura que nos dejará mantener conversaciones telefónicas a través de las paredes o que cambiará de color según nuestro estado de ánimo. ¿Loco? No. Un visionario con una mente privilegiada, pionero de la fusión de bits y átomos. Es el nuevo estadio de la revolución digital, 'cuando la informática se integre en el espacio físico y sea realmente útil a las personas', asegura Neil Gershenfeld.

Físico de 41 años, casado y padre de gemelas, dirige el consorcio Things That Think (en castellano: Objetos Que Piensan). También es el responsable del departamento de Física en el Media Lab del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT).

Gershenfeld viajó a Barcelona la semana pasada para inaugurar el Media House Project en el Mercat de las Flors. Un proyecto en colaboración con el grupo de arquitectos Metápolis y la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC). 'La casa del futuro será un ordenador. La informática estará en el interior de la estructura arquitectónica', asegura.

Una revolución basada en la integración de física, informática y tecnologías de la información. 'Hace 20 años se cometió una aberración: separar la física de la informática. ¡Están tan interrelacionadas! Por suerte, los límites de la tecnología han terminado con esta interpretación errónea. Para hacer un ordenador mejor en todos los sentidos (no sólo más rápido) el problema no es únicamente el de mejorar el software. Debemos integrar los bits en la naturaleza'.

Una transformación que asegura 'no es fundamentalmentepara usted ni para sus lectores. Ya tenemos nuestras necesidades tecnológicas cubiertas. La disfrutarán niños, ancianos y países en vías de desarrollo'.

Una casa inteligente que, si no vemos todavía, es porque 'miramos en la dirección equivocada. Pensamos que son cosas muy sofisticadas destinadas a grandes ejecutivos. Otro error. Estas tecnologías ya están en la calle'. Y habla de microchips baratos 'que cuestan unos centavos [de dólar]', que se pueden instalar en una botella o en la repisa del baño. ¿Aplicación? 'Para los ancianos desmemoriados que olvidan tomar los medicamentos. La botella se ilumina cuando llega la hora de tomar la pastilla' ¿Y si también lo olvida? 'Entra en juego la repisa inteligente. Se pondrá en contacto con el médico por Internet y le advertirá de que su paciente olvidó su medicamento'.

Gershenfeld asegura que 'la integración de la inteligencia artificial en los objetos es un primer paso de la casa del futuro'.

También lo son los Lego Mindstorm. Su historia, asegura, es muy subversiva. 'Pensamos en un simple juguete cuando es mucho más porque permite que los niños aprendan experimentando. El juego les enseña a crear tecnología. Con su imaginación. Algo que la educación actual ha olvidado. La introducción de los planes de estudios y los currículos escolares ha matado la experimentación. Les viene todo dado'. Un juego de prueba y error que él no olvida.

Jueves 26 de septiembre, 12 del mediodía. Inauguración del Media House Project. Destornillador en mano, Neil da los últimos toques a la estructura de la casa.

Cuando termina, unas luces se encienden. Admirado, exclama: '¡funciona!'.

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