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ARQUITECTURA

El Instituto Tecnológico de Massachusetts prueba en Barcelona la casa del futuro

El hogar inteligente está conectado a Internet, es flexible y se mide en metros cúbicos.

La casa inteligente del futuro será el hogar-ordenador, un espacio donde objetos y estructura arquitectónica se conectan a Internet. Al menos será por unos días, mientras se presenta el proyecto Media House, un prototipo a escala real creado por un equipo del Media Lab del MIT (Instituto de Tecnología de Massachusetts), el grupo de arquitectos Metápolis y la UPC. En la vivienda que estos días y hasta el próximo 7 de octubre se puede disfrutar en el Mercat de les Flors (Barcelona) escasean los muebles y abundan las pantallas, consolas, videoconferencias, sensores y demás artilugios tecnológicos que uno quiera imaginar.

Aparatos que sirven, por ejemplo, para controlar la temperatura y la humedad de su interior, el gasto energético de las bombillas o el compo necesario para las plantas del huerto.

Neil Gershenfeld, investigador del MIT y director del Consorcio Things That Think, explica en una entrevista por qué el futuro pasa por la integración de la informática en la naturaleza.

Disfrutar un día de un jaccuzzi en medio del salón y al siguiente en la cocina no será, en el futuro, una extravagancia. Tampoco lo será disfrutar de las vistas de un paisaje de las Islas Maldivas en la pared-pantalla y a tiempo real o transformar el mismo muro en un bonito jardín vertical tecnológicamente autogestionado.

Una de las ventajas de la casa inteligente es que permite configurar y transformar la totalidad del espacio habitable al gusto de su inquilino ya sea para vivir, trabajar o disfrutar de un merecido descanso.

En la vivienda del futuro abundan los cables aunque estén camuflados en la estructura-red. Cocina, baño, espacio de juegos para los niños o para el teletrabajo dotados con sistemas de colaboración en línea: todos los objetos de la vivienda llevan incorporado un microchip de tal manera que no existe un ordenador central sino que todos se comunican con un servidor web a través de Internet.

Un hogar que va más allá de la domótica y que realmente 'veremos cuando la sociedad deje de pedir a los constructores metros cuadrados (m2) y reclame metros cúbicos (m3)' para construir la casa de nuestros sueños, explica el arquitecto Enric Ruiz, del colectivo Metápolis.

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