La aventura de Jauad
Un huérfano marroquí de 13 años pasa el Estrecho en patera y es secuestrado por las mafias
La aventura de emigrar suele ser siempre dura, pero cuando el viaje lo protagoniza un niño solo, todo se convierte en una odisea difícil de asimilar. De eso sabe mucho un pequeño marroquí de 13 años, llamado Jauad E. A., quien, tras salvar en patera las aguas del Estrecho que separan a Europa del continente africano, cayó en las redes de las mafias que secuestran a sus propios compatriotas.
El niño, que asegura ser huérfano y no tener ninguna familia en Marruecos que se pueda ocupar de él, decidió hace unos meses probar fortuna en España. Recorrió en autobús el camino que separa Bnehellal, su pueblo natal, de Tánger y una vez allí empezó a buscar a alguien que quisiera traerlo hasta España. Logró contactar con las mafias que trafican con pateras. No tenía dinero para pagar el viaje, pero eso no le desanimó.
Durante días estuvo suplicando entre lloros que lo dejaran subir a una patera. Al final, alguien accedió y pudo realizar el trayecto en una precaria embarcación en la que se apiñaban 50 inmigrantes. 'No tuve miedo de subir en la patera', explica el niño con una amplia sonrisa, una vez superada la pesadilla en la que se convirtió su arriesgado viaje.
Llegar a España era la meta. 'Todo el mundo hablaba de Europa y yo también quería conocerla', explica para justificar su decisión de abandonar Marruecos con un destino incierto, solo y sin saber qué le esperaría al otro lado del mar.
Sin embargo, la llegada a España -la patera arribó en las playas de Algeciras- le deparaba una sorpresa tan cruel como inesperada para él. Allí asegura que cinco marroquíes lo secuestraron y lo mantuvieron retenido durante tres días, junto a otros menores, en un lugar de la provincia de Murcia que no sabe concretar. El niño ha explicado que los secuestradores les dijeron que sólo los liberarían cuando sus padres pagaran un rescate de unas 150.000 pesetas. 'Nos pegaban para asustarnos y yo lloraba. Les decía que si querían que me mataran porque no tengo familia y no tenía dinero', explica el pequeño.
Finalmente, sus captores, convencidos de que no podrían obtener ningún rescate por él lo trasladaron hasta Almería, donde lo abandonaron. El niño ha relatado que estuvo horas deambulando por las calles hasta que un marroquí se acercó y le preguntó por su familia. El le dijo que estaba solo, que había llegado en patera y que lo habían dejado en esa ciudad (Almería) unas personas después de tenerlo secuestrado. Eso fue hace unos días. Estaba anocheciendo y el marroquí que lo encontró decidió darle refugio en su casa, en Níjar. Al día siguiente comunicó el caso al Sindicato de Obreros del Campo (SOC) que fueron los que en un primer momento se hicieron cargo del chico. Ahora, la delegación de Asuntos Sociales lo ha igresado en un centro para menores.
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