'No le tengo miedo al metro'
Menuda, delgada, entusiasta y coqueta, segura de lo que dice, Carmen Calleja, de 52 años, recién nombrada gerente de Tussam, la empresa de transporte pública de Sevilla, se convirtió la semana pasada en la única mujer que dirige una empresa municipal en la capital andaluza, con 1.250 empleados a su cargo, y una de las pocas en España que en la actualidad lleva las riendas del transporte urbano de una gran ciudad. Licenciada en Económicas, es funcionaria del Ayuntamiento hispalense desde hace 25 años, y ha estado 18 dedicada a la política. Fue diputada, gobernadora civil en Jaén, y fundadora y directora del Instituto Andaluz para la Administración Pública.
Ahora ya no. Ya no es política. Insiste en ello para remachar que su nuevo cargo no es político, sino de gestión. 'Mi jefe es todo el Ayuntamiento, los ciudadanos, no el Gobierno municipal. Me debo a los usuarios y a los trabajadores. La labor política es de Blas Ballesteros (delegado de Tráfico y Transportes), no mía', insiste.
Su concepción feminista de la vida le hace comprender que su designación 'es un gesto político, un avance'. 'Ahora me toca a mí, quiero más mujeres conductoras en la empresa', dice, a sabiendas de que la primera ejerce su cargo desde hace sólo unos meses.
Tiene una visión progresista del transporte público, del que se declara usuaria, 'pero sobre todo pragmática'. 'Debemos aspirar a vivir en una ciudad más confortable, con la calidad de vida de algunas europeas. Los sevillanos debemos mejorar para bien en educación vial', asegura con el objetivo de meter al ciudadano en una espiral de captación de usuarios, que le permitiría obtener más recursos para dar un mejor servicio que, a su vez, atraería a más usuarios.
Antes, Calleja tendrá que dejarse absorber por la dirección de una empresa que está en pleno proceso de modernización y renovación, que afronta un inminente traslado al extrarradio urbano, que debe convivir con el proyecto de construcción del metro y que arrastra un déficit de 4.000 millones de pesetas. 'Quisiera ser capaz de obtener ingresos extraordinarios para mantener los precios y evitar un mayor gasto al Ayuntamiento'. ¿Cómo? 'Publicidad o alguna otra cosa', dice evasiva.
No hay evasión posible. En la mente de todos está el proyecto, que la nueva gerente de Tussam reconoce, de vender los terrenos céntricos en los que la empresa tiene actualmente sus cocheras, que va a abandonar en los próximos meses. La venta, previa recalificación, no tiene aún un beneficio calculado aunque, 'a la empresa le vendría muy bien'.
Otro de los asuntos que Calleja tendrá que afrontar durante su mandato, sólo de dos años, limitado hasta las próximas elecciones municipales, es la posibilidad de que el transporte urbano en Sevilla incluya en un futuro próximo al metro. 'Es algo que los estatutos de Tussam prevén. Podríamos perfectamente asumir su gestión. Para la empresa sería muy bueno poder ofrecer otro producto a nuestros usuarios. Habría que hacerlo complementario al autobús. No le tengo miedo al metro para nada', dice, con seguridad y entusiasmo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.