Dramático partidazo en Riazor

Un impacto espeluznante cuya gravedad fue delatada de inmediato por las imágenes de Canal+, con los huesos de la pierna derecha del jugador empinados bajo su espinillera. Un drama del que rápidamente se dio cuenta el brasileño Giovanella, que no pudo contener los sollozos mientras se congelaban los ánimos en las gradas de Riazor. 'Ojalá me pudiera cambiar por él', acertó a exclamar el jugador céltico al término del encuentro, aún sobre el césped, con lágrimas en los ojos y la voz quebrada. Al defensa internacional se le diagnosticó rotura de tibia y peroné y los médicos le calculan no menos de seis meses de baja.

El desgraciado accidente supuso un angustioso apagón en medio de una magnífica tarde de fútbol. Los dos gallitos gallegos se midieron desde lo más alto de la clasificación, con los vigueses como primeros y los coruñeses a rebufo. Y no dejaron dudas: son dos aspirantes a la cúspide, tienen afiliados a un montón de jugadores magníficos y destilan un gran equilibrio en todas sus líneas. Irureta parece haberle dado un aire más atrevido a su equipo y Víctor Fernández, mayor consistencia defensiva a los suyos. Como resultado, Galicia asistió a un duelo de ida y vuelta, con los dos equipos copando las áreas, con una ambición desbocada que derivó en un empate. Una igualdad que desterró a uno y otro de la cabeza, en beneficio del Betis, líder tras ganar al Las Palmas, y el Villarreal, que asaltó Son Moix con un gol de Palermo, el segundo en dos jornadas consecutivas.

Con esta sorprendente clasificación, la Liga se asoma a una semana frenética, con jornada el miércoles y domingo en medio de un éxodo de internacionales extranjeros. Pero el gran ausente será Manuel Pablo, desdichado herido en la gran fiesta gallega.