La falta de 800 millones obstaculiza la conclusión de las obras de La Rosaleda
Las instituciones y el Málaga siguen sin acordar quién hará la inversión
La conclusión de las obras de remodelación del estadio de La Rosaleda está en el aire. A falta de poco más de dos semanas para que concluyan las actuaciones de la primera fase y de que den comienzo las obras de la segunda, el Málaga C. F. sigue sin saber quién aportará los 800 millones de pesetas que se necesitan para remozar la zona de Tribuna y Preferencia, con lo que concluiría la reforma de su estadio. Los tres propietarios del recinto -Ayuntamiento, Diputación y Junta- difieren en la fórmula a emplear para finalizar las obras.
Los 2.400 millones de pesetas que han aportado los tres propietarios del estadio de La Rosaleda (Ayuntamiento, Diputación de Málaga y Junta de Andalucía) suponen tres cuartas partes de lo que cuesta la remodelación completa del recinto en el que juega el Málaga C. F. La rehabilitación de la primera fase (grada de Fondo y escaleras laterales de acceso a las esquinas) concluirán el próximo 15 de octubre, según fuentes de la empresa constructora.
El contrato de obras de la segunda fase acaba de ser firmado y estipula un plazo de diez meses para que la Unión Temporal de Empresas Sando-Vera entregue la grada de Gol con ambas esquinas acondicionadas. Los trabajos se iniciarán a primeros de octubre, a tenor del acta de comienzo de obras firmado.
El dinero entregado hasta ahora para la adecuación de un estadio cuya última reforma coincidió con Naranjito, simpática mascota del Mundial de fútbol de 1982 en España, cubre la transformación de Fondo y Gol, mientras que el arreglo de Tribuna y Preferencia está en el aire. Si los plazos se cumplen, la grada de Gol estará lista en julio de 2002. A partir de aquí, se podrán iniciar los trabajos en Tribuna y Preferencia, siempre que alguien ponga los 800 millones que faltan para esta tercera fase de la remodelación.
Los tres propietarios ya aportaron sin demasiado entusiasmo 800 millones de pesetas cada uno para iniciar el lavado de cara de un estadio utilizado por una sociedad anónima deportiva como es el equipo de la ciudad. Es decir, dinero público para uso privado después de que ya en 1995 las tres instituciones compraran el estadio al Banco Hipotecario por unos 400 millones. Ahora, a menos de un año para buscar nueva financiación, las tres administraciones no darán ni una peseta más.
El concejal de Deportes del consistorio malagueño, Javier Berlanga, señala la necesidad de buscar los 800 millones que faltan y aboga por firmar un convenio entre las tres instituciones y el Málaga para 'prestar' La Rosaleda a la empresa dueña del club, ISO SA (International Sport Organitation SA), a cambio de que ésta acometa el tramo final de las obras. Berlanga espera reunirse en octubre con Junta y Diputación para estudiar la viabilidad de este posible convenio.
Por su parte, el presidente de la Diputación malagueña, Juan Fraile, lamenta que ahora se hable de una fórmula que él propuso en 1995, cuando fue adquirido el estadio. En esa ocasión, Fraile pretendía ceder la titularidad del campo al Málaga C. F., aunque 'la idea no salió adelante por la oposición de la ex alcaldesa Celia Villalobos', explica.
Las circunstancias han cambiado y Fraile recela de ceder el estadio ahora después de producirse un desembolso importante de las arcas públicas. Para el presidente de la Diputación 'la fórmula a buscar ahora debe ser muy diferente', es decir, que no está dispuesto a regalar un estadio después de haberlo arreglado con dinero público.
A pesar de coincidir en la necesidad de buscar la inversión para acabar el estadio, la delegada de Turismo y Deportes de Málaga, María José Lanzat, asegura que no tiene noticia alguna de la posibilidad de ceder el estadio.
Además, Lanzat considera que el representante del Ayuntamiento debería contar con los otros dos propietarios antes de lanzar ideas sobre el devenir de un recinto que pertenece a las tres administraciones.
A pesar de las reiteradas llamadas de este periódico, los responsables del club no han estimado oportuno pronunciarse sobre la financiación de las obras pendientes de un estadio público en el que juega el equipo de una empresa privada. Mientras, el tiempo pasa y alguien tendrá que poner 800 millones, más impuestos. Lo único cierto es que las tres instituciones propietarias del estadio de La Rosaleda no parecen estar dispuestas a dar ni una peseta más.
Ayuda de la Liga
La Liga de Fútbol Profesional (LFP), que ya corrió con los gastos derivados de la sustitución de los viejos graderíos de La Rosaleda, se comprometió a pagar el coste de la nueva iluminación (cuatro torres y dos viseras con focos), el sistema de seguridad, el mobiliario, los tornos de seguridad y el circuito cerrado de televisión de La Rosaleda. Este compromiso de la LFP persigue que todos los estadios del país se adecúen a la normativa de seguridad que establece la UEFA, entre las que se encuentra que todos los espectadores han de ocupar una siento. Así, el próximo 15 de octubre serán inaugurados los tornos de entrada en Fondo. Además, unas pasarelas permitirán que los espectadores de Tribuna y Preferencia accedan a su asiento a través de esos sistemas de tornos ubicados en Fondo. Una vez terminadas las obras, La Rosaleda tendrá una capacidad para 33.000 espectadores, todos sentados, y el perímetro del estadio acogerá 85 palcos vips, mientras que la vestuta fachada del recinto dará paso a otra de mayor atractivo arquitectónico.
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