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ESTA SEMANA
Columna
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Sacrificio permanente

Caminando por las calles de Sevilla y rodeados de fornidos guardaespaldas, por lo que pueda pasar, los presidentes de El Monte y Caja San Fernando, Isidoro Beneroso y Juan Manuel López Benjumea, respectivamente, pasean dispuestos a seguir sacrificándose, permaneciendo el máximo tiempo posible al frente de sus entidades de ahorro. La vocación de entrega de ambos mandatarios es tal que no hacen ascos a una prolongación de su carrera financiera, dándolo todo, como siempre, por el bienestar de los andaluces.

Hacen sus cuentas y recopilan apoyos, se desconoce a qué precio, para continuar en sus puestos, ya que, por lo que se ve, resultan imprescindibles para preservar el sistema financiero andaluz. De modo que ahora, sus esperanzas se centran en el desarrollo del proceso electoral que se ha de llevar a cabo en ambas cajas. Si bien en la Caja San Fernando López Benjumea parece tenerlo más difícil, otro escenario bien diferente surge en El Monte, donde el control sobre los impositores puede inclinar la balanza a un lado u otro. Es por eso que se sigue con sumo interés cada paso que se da en esta renovación. Precisamente, esta semana se cumple un hito más en el caso de El Monte. Expondrá a partir del martes la lista de impositores que elegirán a sus representantes en la asamblea general de la entidad. Una medida que se adoptará en el transcurso de la celebración, este lunes, del Consejo de Administración. Ya el PSOE ha denunciado cómo integrantes de esta relación de clientes de la caja han sido tocados por la dirección de la misma, en un afán de amarrar el máximo de votos posible. Ya los socialistas se tendrán que conformar con esperar al trámite de hoy para conocer esos nombres y preparar su propia estrategia, que no es otra que impedir que Beneroso siga en la caja y acabar, de camino, con el lobby sevillano que lo respalda.

Pero la semana tendrá en los esfuerzos a la desesperada del PP para involucrar al presidente andaluz, Manuel Chaves, en el caso Gescartera uno de los ejes más destacados, aunque otra cosa es que lo consiga. Un ruido de acompañamiento para que su secretario general, Javier Arenas, siga insistiendo en esa frase lanzada aquí sin el más mínimo rubor, señalando que la Junta de Andalucía no suena más que asociada a escándalos. Ya sólo le falta lo de 'váyase, señor Chaves', que tan buen resultado les dio con Felipe González.

Es una forma cualquiera de responder a una posición bien adversa. Lo de Gescartera les impide desarrollar un discurso propio en positivo y, para colmo, a la desconfianza que acompaña a su líder en Andalucía, Teófila Martínez, se une ahora la compleja postura en la que queda su vicepresidente regional y alcalde de Huelva, Pedro Rodríguez, imputado en el llamado caso Isla Chica. La irrupción de este asunto hace ahora a los populares lamentarse en privado de la excesiva judicialización de la vida política, auténticas lágrimas de cocodrilo cuando son los primeros en hacerse fotos a las puertas de los juzgados, cargando de trabajo tanto a jueces como a fiscales.

Así que este clima no va a ser lo suficientemente propicio para el análisis sosegado en torno a lo que contemplan los Presupuestos Generales del Estado. La aportación para Andalucía es tan considerable que, según el PP, estamos a las puertas de resolver el déficit que en infraestructuras padece Andalucía. Una valoración que rezuma optimismo por todos sus poros y con la que no están nada de acuerdo el resto de fuerzas políticas. Sólo cabe esperar ahora los números de los presupuestos de la Junta, cuyo primer avance debe estar a punto de salir de las cocinas de la Consejería de Economía y Hacienda.

Tiempo habrá también en estos días para conocer cuál va a ser, definitivamente, la salida que se va a dar a Santana Motor de Linares, con unos sindicatos que descubren a estas alturas graves perjuicios para los trabajadores en el mismo acuerdo que habían firmado con el IFA.

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