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Miles de pamploneses participan en la consulta sobre la Plaza del Castillo

Bomberos en traje de faena, parejas de novios a punto de casarse, jubilados que hacían cola antes de las ocho de la mañana, jóvenes que exprimían su gaupasa antes de irse a dormir. Todos votaron y se preveía alcanzar los 20.000 votos al cierre de las urnas.

Bomberos en traje de faena, parejas de novios a punto de casarse, jubilados que hacían cola antes de las ocho de la mañana, jóvenes que exprimían su gaupasa antes de irse a dormir. Todos votaron y se preveía alcanzar los 20.000 votos al cierre de las urnas. Las 59 mesas del referéndum ciudadano sobre la Plaza del Castillo recibieron las papeletas. Los pamploneses ejercitaron el derecho a opinar en la primera consulta popular de la historia de la ciudad, vivida con absoluta normalidad y en medio de un ambiente festivo.

'Ha sido un referéndum con mayúsculas, legal y con plenas garantías', subrayaron los abogados Jokin Elarre y Tomás Urzainqui, portavoces de la comisión de garantías que veló por la transparencia de la consulta. Los resultados y la documentación del proceso será entregada mañana lunes al consistorio pamplonés, que reiteradamente se ha negado a pulsar la opinión popular sobre una obra pública que alterará la fisonomía del cuarto de estar de la ciudad, donde han aparecido los restos de la vieja Pompaelum romana.

A lo largo del día miles de ciudadanos se acercaron hasta los 27 puntos, distribuidos por la ciudad, que la Plataforma en defensa de la Plaza del Castillo habilitó para recoger las papeletas. Las mesas se constituyeron con normalidad y bajo la amenaza de un ligero xirimiri. Más de trescientos voluntarios atendieron los puntos de votación y los abogados, secretarios municipales y procuradores integrantes de la comisión de garantías levantaron actas de constitución de todas ellas.

Desde el primer momento se comprobó que el Ayuntamiento, radicalmente opuesto al referéndum, permitiría el normal desarrollo del plebiscito en los aledaños de los colegios y centros cívicos pamploneses donde habitualmente los ciudadanos acuden a votar. El consistorio no cedió ni aulas escolares ni urnas, pero tampoco envió a la Policía Municipal para controlar. A las seis de la tarde 16.000 personas habían votado ayer y se esperaba alcanzar las 20.000 al cierre de las urnas.

'Nos han obligado a estar en la vía pública', señaló Tomás Urzainqui, 'y ese extremo constituye la máxima garantía de transparencia de un proceso cuya corrección y formalidad puede constatar todo el mundo minuto a minuto'.

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Instalados debajo de improvisadas jaimas árabes de color blanco, cientos de voluntarios recibieron el desinteresado apoyo de muchos vecinos que les aportaron café, refrescos y bocadillos para hacer más ligeras las largas horas de apertura de los colegios.

En el barrio de Rochapea toda una dotación de bomberos acudió a las urnas vistiendo sus llamativos trajes de faena. En Mendillorri, un barrio dormitorio que decidió hace pocos años en referéndum su anexión a Pamplona, fueron tres las parejas de novios que acudieron a votar, acompañados de familiares y amigos, antes de celebrar los enlaces. Cuando las urnas se abrieron, ya había jubilados madrugadores esperando a introducir sus papeletas. Junto a ellos dormitaban jóvenes trasnochadores.

Satisfacción por el éxito

A las 13 horas eran ya 9.600 los pamploneses que habían votado en el referéndum, sobre un censo de 158.000 personas de las cuales un 40% constituye el saco permanente de la abstención en todos los procesos electorales. Los promotores no ocultaron su satisfacción por el éxito de la consulta. Se habían recibido más de 300 votos emitidos por correo. La llamada de última hora para no votar en una 'parodia' realizada de UPN, partido que gobierna el Ayuntamiento de Pamplona, fue interpretada por los convocantes como 'el máximo ejemplo de la falta de confianza en la ciudadanía de un partido que no cree en la verdadera democracia y prefiere que los vecinos no opinen'.

Los guardianes de la puridad del proceso fueron inflexibles. A la urna se acercaron vecinos de los municipios de la comarca en los que han proliferado las colonias de unifamiliares. 'No se les ha permitido el voto', reiteraron los convocantes, 'aunque muchos han mostrado su enfado por no poder participar'.

Independientemente del resultado, el movimiento vecinal promotor de la consulta no podía ocultar ayer su alegría por la alta afluencia de ciudadanos. 'Toda la documentación será entregada mañana en el registro del Ayuntamiento. La confidencialidad de los votos está asegurada, a pesar de las maledicencias del equipo de gobierno de UPN', reiteraron los portavoces de la plataforma.

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