Peligrosa idea de Giuliani

El alcalde Rudolph Giuliani quiere ampliar su actual periodo de mandato hasta el año 2002, posponiendo así en unos cuantos meses la llegada de un nuevo alcalde a la ciudad. Es una pésima idea. Ni la ciudad de Nueva York ni la nación han pospuesto jamás un traspaso de poderes porque la gente estuviera convencida de que no podía seguir adelante sin el inquilino de turno. El mismo concepto choca contra las convicciones fundamentales de EE UU, y es que vivimos en un país gobernado por el imperio de la ley.

La sugerencia de que la ciudad será incapaz de seguir sin Giuliani después de final de año mina el sentido de autosuficiencia y normalidad de la propia ciudad, por cuya restauración ha luchado tan duramente el propio alcalde. Si bien es cierto que Giuliani ha sido un gran líder en esta crisis, la verdad es que nadie es imprescindible. (...) Algunos presidentes de EE UU han sido mediocres, pero el país ha seguido adelante porque la gente ha puesto su confianza en el proceso democrático y no en la fortaleza de nadie en particular. (...) La mejor manera que tiene Giuliani de servir a Nueva York después del 1 de enero próximo no es reteniendo el poder, sino abandonándolo de la forma más generosa posible (...) y hacerlo en las fechas fijadas de antemano.

Los neoyorquinos que votaron esta semana en las primarias sintieron el confort que viene aparejado con el retorno de las rutinas cívicas. También enviaron una señal importante al resto del mundo de que la ciudad mejora. Por lo que respecta al proceso político, esa tarea debe continuar.

Nueva York, 28 de septiembre