Gris confirmación de Bejarano
Una gris confirmación de alternativa tuvo Vicente Bejarano. Aunque estuvo animoso, sólo logró detalles ante lo tardo y la falta de motividad de Festejado. Lo capoteó con gusto y su trasteo lo inició con donaire doblando al ejemplar para fijarlo en el engaño. Logró dibujar y ligar tres naturales, pero del resto de su muleteo nadie se va a acordar.
Con limpieza lanceó al suelto quinto, pero con la bayeta, el gazapeo y el calamocheo del cornúpeta desorientaron al sevillano y no pudo sacarle ningún pase decoroso.
Alberto Ortega demostró tener oficio y clase ante el revoltoso y rebrincón segundo, que pronto se apagó. Plasmó tersas chicuelinas en su quite, y en su lidia sujetó al burel y, además, llevaba la cabeza alta y punteaba.
Huichápan / Ortega, Bejarano, Talín
Toros de Huichápan: quinqueños, 4º, 5º y 6º hechos y aplaudidos al salir; descastados, faltos de fuerza, con genio y mansos. Alberto Ortega: pinchazo y estocada caída (salida al tercio); estocada -primer aviso-, -segundo aviso-, dos pinchazos -tercer aviso- y devuelto al corral (aplausos). Vicente Bejarano, que confirmó la alternativa: estocada honda (palmas); dos pinchazos, media desprendida y se echa el toro (división de opiniones). Talín: goyetazo (salida al tercio); estocada caída (división de opiniones). Monumental Plaza México, 27 de septiembre. 1ª corrida nocturna de los jueves taurinos. Pésima entrada.
Pero de nada le valió al tlaxcalteca la valiente y artística labor capoteril y muleteril ante el soso cuarto, que acabó con un corto recorrido. A pesar de acertarle un estoconazo al encuentro, el toro se tapó y no lo pudo descabellar, y terminó yéndosele vivo al corral.
Arturo Velázquez, Talín, es muy valiente y se le ven ganas de llegar a ser buen torero. Al tercero, un áspero ejemplar sin fijeza, sin quietud alguna, lo destoreó. En este astado, el subalterno Bernardo Patrón, al salir de un par de banderillas, se cayó en la cara del toro, y Vicente Bejarano le hizo el quite librándole de una cornada.
Como en el sexto seguía moviéndose, un espectador le gritó: 'Talín, ya quédate quieto'. El diminuto diestro le hizo caso e interpretó unas emotivas chicuelinas al bicho, lo único artístico de este espada en toda su actuación. Con la sarga anduvo bullidor y de pegapases por todo el redondel aprovechando el violento viaje del morlaco.
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