Un pipiolo que apunta alto
Los éxitos de Antonio Montánchez, de 13 años, disparan las expectativas de la equitación valenciana
Antonio Montánchez tiene un sueño: ser uno de los mejores jinetes del mundo, llegar a unos Juegos Olímpicos y ganar la medalla de oro. No, Antonio Montánchez tiene más de un sueño: finalizar sin penalizaciones un recorrido en unos campeonatos del mundo o en cualquier otro torneo de postín; enarbolar la bandera de España como campeón olímpico, mundial o de Europa. Antonio Montánchez tiene 11 años y es uno de los mejores jinetes españoles de su categoría: campeón de España de ponis, caballos de poca alzada. Montánchez, cara de pillo, se impuso en el concurso de saltos finalizando las tres pruebas calificativas antes de la final sin penalizaciones. Días después, terminó cuarto ex aequo (empatado a puntos con el tercero y el quinto) en el campeonato de España alevín, disputado en Oviedo, y donde se podía competir con poni o caballo. 'Es uno de los chavales españoles que más proyección tiene', afirma Ana Hernández Smith, su entrenadora, una ex amazona madrileña casada con Enrique Martínez de Vallejo, un jinete valenciano que formó parte durante muchos años del equipo nacional, preseleccionado varias veces para los Juegos Olímpicos.
Montánchez sigue la estela de los mejores jinetes españoles, como José Miguel de Rosillo, Kike de Witt o los Martínez Vallejo. En el campeonato de España de ponis, celebrado el pasado mes de junio en Badajoz, tuvo que superar a lomos de Jabata, una yegua de 13 años, obstáculos colocados a una altura máxima de un metro y diez centímetros. A la final llegó tras tres pruebas calificativas que completó sin penalizaciones. En la final tampoco cometió errores, convirtiéndose en el único jinete de su categoría que acabó sin faltas. 'Antonio monta muy bonito; lo hace todo natural. Además es muy frío en la pista', cuenta Ana Hernández, encantada con el chaval: 'Lo que más le gusta es competir'.
Antonio Montánchez, que mide 1,45 metros, se entrena todos los días en la club de saltos Levante, en Moncada. Después de sus clases en los Dominicos, acude sin rechistar a entrenarse. Es obvio que lo hace a gusto: tiene ganas de competir y aprender. 'Fue mi tío Eduardo quien me inició', cuenta Antonio, quien tiene el total respaldo de sus padres, enterados del potencial de su hijo. En efecto, su tío Eduardo fue quien despertó en el chaval la afición por la equitación. Le compró su primer caballo con nueve años. Pero a Antonio le aburría sólo montar e interrumpió durante un tiempo las clases. Hasta que comenzó a competir. 'Le gusta ganar', asegura Ana Hernández. El chaval sonríe.
¿Qué tiene Antonio Montánchez? ¿Por qué este chico levanta tantas expectativas? Lo explica entusiasmada su entrenadora: 'Aparte de técnica, tiene mucha sensibilidad y tácto. También es muy frío compitiendo. No se desmorona ni acusa los nervios'.
Montánchez tiene buenos consejeros. La primera es su entrenadora, ex amazona con varios títulos en el zurrón, entre ellos un campeonato de España juvenil. También Enrique Martínez de Vallejo observa atento las evoluciones del chaval. 'Es un chico a tener muy en cuenta. Hacía muchísimos años que un valenciano no era campeón de España'. Martínez de Vallejo entrenó a Ana Hernández durante muchos años. Ésta llegó a ser campeona de España de jóvenes jinetes, un título que también consiguió su actual esposo en la década de los 80, cuando la actividad era más intensa.
Montánchez dispone desde hace unas semanas de dos ponis nuevos, comprados en Córdoba a Rafael Ortí, uno de los mejores entrenadores nacionales. Como el chico apunta alto, tiene entre ceja y ceja el campeonato de Europa, que se disputa el próximo verano. 'Ya veremos', dice Martínez de Vallejo. Hasta que llegue, se ha pasado el verano a lomos de sus ponis, entrenándose en Bejer de la Frontera (Cadiz).
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