'Las adopciones son un negocio muy lucrativo'

El noruego Per Engebak, director regional de Unicef para la región de Latinoamérica y Caribe, ha llegado esta semana a Bilbao procedente de Nueva York con las espeluznantes imágenes del ataque terrorista a la ciudad aún en su retina. Engebek, de 53 años, ha pasado la mitad de su vida como representante de Unicef en los países donde la huella del subdesarrollado más azota a la infancia. Su primer visita al País Vasco tenía por objetivo firmar un acuerdo de colaboración entre el Instituto Interamericano de Derechos Humanos, la oficina que él dirige, y el Gobierno vasco para formar a jueces, fiscales, y abogados de menores, así como para participar en el intercambio de experiencias. Los trabajos se realizarán bajo la supervisión y coordinación del Ejecutivo de Vitoria y la oficina de Unicef en el Caribe y Sudamérica.

'En la región que trabajo son prácticamente insistentes las cifras sobre violencia juvenil, pero sí es claro que cada vez en mayor medida se vincula falta de seguridad ciudadana con el aumento alarmante de la criminalidad entre niños y adolescentes. Sin embargo, las observaciones desmienten la aseveración según la cual la mayoría de los hechos delictivos son cometidos por niños. Con el acuerdo, queremos reforzar los comportamientos positivos de los profesionales que se ocupan de la justicia de menores para que acepten la necesidad de proteger los derechos de los adolescentes', explica.

Engebek recuerda que más de la mitad de los 192 millones de niños y adolescentes de América Latina y Caribe vive en la pobreza, lo que les expone a situaciones adicionales de riesgo y extrema vulnerabilidad. 'Estamos trabajando en la creación de un Registro Civil porque un tercio de los niños que nace en esa región no son registrados. Esto conlleva la falta de sus derechos fundamentales y favorece el tráfico de niños', asegura. El representante de Unicef expresa su preocupación por los recientes casos de compraventa de niños que han salpicado al País Vasco y asegura que los países industriales deben estar alerta y establecer mecanismos para acabar con ese comercio ilegal. 'La demanda de niños ha propiciado que las adopciones hayan llegado a ser para algunos países un negocio muy lucrativo y eso es lo que estamos tratando prevenir', concluye.