Morey

En febrero, cuando intervino en una gala de TVE presentada por su hija Sandra (no Laura, la novia de Antonio Camacho, sino otra dedicada a los escenarios), Jaime Morey no podía imaginar que unos meses después sería una estrella en el Congreso de los Diputados. Estuvo discreto en aquel show, junto a otros veteranos de Eurovisión (el año 1972 quedó décimo en Edimburgo con un tema de Augusto Algueró y Ramón Arcusa titulado Amanece). En cambio, ante la comisión que investiga el escándalo de Gescartera, el otrora 'infatigable sparring de los festivales veraniegos' a decir de Gerardo Irles, empleó a fondo las dotes adquiridas en una carrera que comenzó en Alicante como vendedor de aguarrás en las droguerías, tocó la fama como cantante oficialista, hizo pinitos en el cine (Juana la loca... de vez en cuando, de 1983), se adentró en el proceloso mundo de las relaciones públicas y la representación de artistas y alcanzó, de la mano de su futuro yerno, la cima en la dirección general de una agencia bursátil que ha hecho volar 18.000 millones. Entre otras cosas, Morey dijo a sus señorías que sólo había visto una vez a Eduardo Zaplana, quien lo nombró asesor 'musical y artístico' sin que llegara a ejercer tal cargo ('Yo sé de un lugar a través del mar / donde el día brilla más cuando amanece'). Horas después, otro de los implicados declaró haberle visto hacer uso ante terceros de su condición de 'asesor de Zaplana'. Más chulo que un ocho, el presidente valenciano había retado una semana antes en las Cortes al portavoz socialista: 'No encontrará ninguna relación mía ni de la Generalitat con Gescartera'. Vale. Aparte de que nombrar asesor a Morey en un área donde tiene negocios es tan irregular como lo hubiese sido designar a Luis Batalla consejero de Obras Públicas, la relación existe y el asunto resulta inverosímil. En su disco Grandes éxitos (1964-1968), Jaime Morey incluyó canciones como Acompáñame, Georgy girl o El barco, la mar y el viento, que defendió sin éxito en el Festival de Benidorm de 1964, junto a otras que premonitoriamente llevan por título Mis deudas o Te debo. También Zaplana nos debe unas cuantas explicaciones.