Héroe a su pesar

Se diría que la fábrica española de héroes y mártires tiene firmado un convenio especial con el gremio de músicos creativos. En caso contrario, no se explica que a éstos les cueste tanto grabar discos, dar conciertos en salas principales y, en fin, sobrevivir. En el panorama nacional, aquel mohoso tópico de que el sufrimiento forja el espíritu sigue siendo una regla de obligado cumplimiento. Baldo Martínez lleva años observándola escrupulosamente y a estas alturas tiene el espíritu forjadísimo. Aunque no tiene madera de mártir y es héroe muy a su pesar, sigue peleando contra esa situación absurda para editar con regularidad discos que muestran sus ideas más recientes. El último resultado de sus esfuerzos, Nai (Karonte), es quizá el más cuajado de su trayectoria.

Martínez presenta ahora en directo esa música de raíz gallega y brotes cosmopolitas que bien podría figurar entre lo más interesante que ofrece la escena europea. El contrabajista ferrolano ha reunido un grupo fornido y dúctil, comparable en calidad a los mejores de este y otros continentes, pero distinguible de cualquier otro por inspiración y temperamento. La batería de Pedro López trueca los tambores por panderos para conferir a la percusión un aire de romería ancestral, y la trompeta introspectiva de David Herrington musita como si estuviera recitando viejos poemas al público de hoy. Igual de elocuentes y líricos resultan los saxos tenor y soprano de Alejandro Pérez, un improvisador inteligente que también sabe explorar más allá del neobop estadounidense, y la guitarra atmosférica y flexible de Antonio Bravo.

Cada uno tiene su sitio en arreglos concienzudos y admirablemente equilibrados, repletos de claroscuros y cambios de rumbo. Martínez, sin descubrir su condición de director, se reserva como instrumentista algunas introducciones que insinúan los contornos de un escenario sonoro ancho y aireado. Como firme partidario de la individualidad en equipo, los ostinati que genera su contrabajo suenan a llamadas de libertad juiciosamente controlada. En piezas como O conxuro, dura y acuciante; Camino de Bretun, tan diversa que alterna fragancias latinas y galaicas, o De norte a sur, descriptiva casi en sentido gráfico, se condensa la filosofía de una música convencida, pero nunca fanática; poderosa, pero jamás prepotente. El próximo día 27 (Casa de Galicia), Martínez mostrará otra faceta de su talento plural a dúo con el inefable saxofonista italiano Carlo Actis Dato.