Herencia de maestros

La baronesa Thyssen ya ha elegido la imagen que ilustrará sus felicitaciones para la próxima Navidad. Será la Adoración de los Reyes Magos, de Jerónimo Ezquerra (1660-1733), un lienzo que, desde ayer, cuelga de una de las paredes de la sala de exposición temporal del Museu de Belles Arts de Castellón. Ésta es la primera vez que este cuadro, de la colección de Carmen Thyssen-Bornemisza, es exhibido públicamente, al igual que otros tres del mismo autor, también con motivos religiosos como tema.

La baronesa Thyssen, a la que dentro del Museu nadie se refirió como Tita, acudió ayer a la capital de La Plana para presentar e inaugurar la exposición De Van Dyck a Goya. Maestros antiguos de la colección Carmen Thyssen-Bornemisza, que permanecerá abierta hasta el próximo 18 de noviembre. La muestra, según dijo la propia baronesa, es una selección de obras que reflejan el perfil de los principios de la colección Thyssen, que inicio Heinrich Thyssen, padre del actual barón. De hecho, una de las tablas que cuelgan en Castellón, el Cristo en la Cruz, de Van Dyck, fue uno de aquellos primeros cuadros, tal como contó Carmen Thyssen ayer, cuando se paró ante él. 'Éste tiene un gran valor para mí porque fue un cuadro del padre de mi esposo y durante 30 años ha estado fuera de la colección'. Quizá por ello, la baronesa, tal como señaló, se siente 'continuadora del esfuerzo' de la familia Thyssen en la adquisición de cuadros para el estudio y 'el placer del público'. Las reiteradas referencias a Heinrich padre hicieron saltar los comentarios sobre el litigio que el actual barón Thyssen protagoniza con su hijo Georg por el control del imperio familiar. Un carísimo pleito que, según fuentes cercanas a la baronesa, está a punto de concluir con la firma de un acuerdo.

La baronesa estuvo acompañada por su hijo Borja, prohijado por el barón. El joven acompañó a su madre tanto en la presentación como por el recorrido que ambos, acompañados del comisario de la exposición y conservador jefe del Museo Thyssen-Bornemisza, Tomás Llorens, realizaron por la sala. Junto a ellos se encontraba también la subsecretaria de Promoción Cultural, Consuelo Císcar, que tuvo respuesta, verbal o gestual, a cada uno de los comentarios que Carmen Thyssen realizó sobre los cuadros. 'Éste lo compré en media hora', dijo la baronesa al pararse frente al monumental Vista de la Carrera de San Jerónimo y el Paseo del Prado con cortejo de carrozas, atribuido a Jan van Kessel III. La baronesa también recordó cómo la adquisición de Interior con mujer sentada junto al hogar, de Jacobus Vrel, había ocupado una página entera del Herald Tribune.

La ampliación del Museo Thyssen-Bornemisza, cuyas obras tienen la fecha de conclusión marcada para 2003 fue otro de los temas tratados. 'Estamos muy ilusionados', dijo sobre el que espera se convierta en punto obligado del circuito cultural mundial. También sobre la seguridad que rodea o debe rodear las obras de arte habló la baronesa, quien se mostró solidaria con el sufrimiento de Esther Koplovich tras el robo que sufrió en su casa. 'Les tomas cariño a los cuadros', dijo, 'además de la gran pérdida que supone para el mundo del arte, el no saber dónde están y no poder ser vistos' ya que, para ella, el aspecto monetario no supone ningún problema ya que eso, 'lo cubren los seguros'.

El caso es que la exposición que se muestra en el Museu de Belles Arts de Castellón está compuesta por 39 cuadros estructurados en cuatro bloques o grupos temáticos: Pintura religiosa del Barroco; escenas de género de los siglos XVII y XVIII; floreros y naturalezas muertas, y paisajes. Van Dyck, Giuseppe Crespi, Joaquín Ezquerra, Corrado Giaquinto, Jan van Goyen, Pieter de Hooch, Adriaen van Ostade, Giovanni Piazzetta, Mattia Pretti, Hubert Robert, Salomón Ruysdael, Jan Steen, Claude Vernet, Enmanuel de Witte, Goya y Zurbarán son algunos de los autores de una de las más importantes e interesantes muestras pictóricas de la historia expositiva de Castellón.