Clarà y el Museo Barbier Mueller

Coincidiendo con la clausura del Museo Clarà y el derribo de la torre en Sarrià donde había vivido el escultor, el Ayuntamiento de Barcelona rehabilitó el Palau Nadal para albergar la colección Barbier Mueller de arte precolombino, en régimen de préstamo por cinco años. (La colección Clarà era un donación.) Se hicieron costosas obras y el museo se inauguró, sin haber fijado el precio de compra o alquiler para cuando este diciembre finalice el préstamo. Es ahora, y no antes de las obras, cuando se están realizando estas gestiones. El Ayuntamiento, cual niño incauto, se asombra de las condiciones que ahora impone su propietario, que incluso amenaza con llevarse la colección a otra ciudad.

El museo está adosado al Museo Textil y de la Indumentaria -lo cual permitió afirmar que se abaratarían los costes de manutención al tener una taquilla en común- y junto con el Picasso configura un gran circuito museístico. Ahora, sin embargo, se habla de trasladar el Museo Textil a un nuevo edificio que debe erigirse en las Glòries.

No estoy en contra de la existencia del Museo Barbier, pero sí del criterio errático en materia museística, mucho más si ello va acompañado de la entrega de nuestro patrimonio a otra ciudad, como ocurrió con las obras de Clarà. Hay que recordar que su Deesa de la plaza de Catalunya fue durante años el emblema de Barcelona.