El Barça se crece en Turquía
El equipo azulgrana se reencontró con el juego y la verticalidad que había echado de menos y goleó al Fenerbahce
El Barça se quitó anoche en Estambul la espina que tenía clavada desde hace un año. El Besiktas le metió tres goles en una noche de pesadilla y ayer, uno por uno, se los devolvió al Fenerbahce, el último campeón de Turquía que había encadenado en su estadio 24 victorias consecutivas. Fue un magnífico debut europeo que le sirvió para otras cosas: para restituir su triste imagen de Pamplona y para mostrarse como un equipo ambicioso, tan serio atrás como eficaz delante. Kluivert y Andersson sentenciaron el partido en la primera parte y Saviola, otra vez suplente, necesitó sólo diez minutos para reivindicar su categoría y marcar su primer gol oficial con el Barça. La noche, pese al parón de veinte minutos por un corte de luz, resultó perfecta porque todos salieron fortalecidos: primero Rexach, que se la jugó al mantener al mismo equipo cuestionado en Pamplona, y luego Saviola, que fue el mejor defensor de sí mismo.
FENERBAHCE 0| BARCELONA 3
Fenerbahce: Rustu; Dogan, Umit, Mirkovic, Abdullah; Lazetic, Ogun (Meric, m.76), Johnson, Revivo; Rapajc (Ceyhun, m.69) y Serhat (Oktay, m.46) . Barcelona: Bonano; Puyol (Gabri, m.68), Christanval, Andersson, Sergi; Rochemback, Xavi, Cocu; Geovanni (Saviola, m.55), Kluivert y Luis Enrique (Frank De Boer, m.59). Goles: 0-1. M.24. Kluivert, desmarcado, culmina con un tiro cruzado por bajo una jugada de Geovanni y Rochemback por la derecha. 0-2. M.27. Andersson remacha de cabeza un saque de esquina lanzado por Rochemback y que toca defectuosamente un defensa turco. 0-3. M.65. Saviola aprovecha una cesión defectuosa de Umit a su portero. Árbitro: Anders Frisk (Suecia). Lleno. Unos 30.000 espectadores en el estadio Sukru Saraçoglu. En la segunda parte el juego se interrumpió durante 21 minutos a causa de un apagón en la iluminación del estadio.
Espoleado por las duras críticas que recibió tras el partido en El Sadar, el Barça saltó confiado al césped y, para empezar, regaló una jugada espléndida, un golpe de efecto perfecto que dejó petrificado al Fenerbahce. Los azulgrana, como en los viejos tiempos, tocaron y tocaron y no soltaron el balón, mareando al equipo turco durante dos minutos. Casi fue medio gol pero Luis Enrique, ante Rustu, erró en el remate. Fue la mejor forma de sacudirse todos los miedos de encima. Tranquilo, sereno, bien conducido por Xavi, guía ayer del equipo, el Barça se asentó en el campo blindado por atrás con los omnipresentes Christanval y Andersson y con una concentración defensiva en este equipo antes desconocida. El Fenerbahce apenas gozó de ocasiones y tuvo que recurrir a dos chuts desde fuera del área para acercarse a Bonano: primero con un disparo potentísimo del croata Rapajc y luego con otro del capitán Lozetik, que empalmó un balón a centro de Revivo, que acababa de superar por la banda izquierda a Puyol. El canterano, en una imagen más que elocuente, recibió una bronca mayúscula de Alexanco que saltó del banquillo para reprenderle.
Conteniendo atrás y cazando balones gracias a la presión, el Barça se fue adueñando del partido. El Fenerbahce falló primero por la banda izquierda donde Sergi campó a sus anchas; luego por el centro donde Xavi jugó muy suelto y donde probó un chut que desvió el portero y al final por la derecha. El centrocampista Johnson, que había tenido un pique de ida y vuelta con el temperamental Rochemback, falló estrepitosamente ante Geovanni. El brasileño se escapó por la banda y pasó hacia su compatriota que, desde el área, vio a Kluivert, absolutamente sólo. El holandés chutó limpiamente a la red.
El Barça celebró el gol a lo grande y se acabó metiendo en el bolsillo el partido en los siguientes tres minutos: Geovanni pudo calcar después el centro del primer gol pero se equivocó para desesperación del holandés. No le duró mucho el enfado porque dos minutos después ya llegó el segundo: Rochemback botó un córner, el balón lo tocó un defensa que lo colocó justo en la cabeza de Andersson para que el defensa sueco marcara su primer gol con el Barça. El partido ya estaba definitivamente roto y pudo darse casi por cerrado: Rochemback pudo después también marcar y luego Rustu se multiplicó para frenarle a él y a Luis Enrique y Kluivert para que no metieran el tercero justo antes del descanso.
El Fenerbahce no se resignó y buscó equilibrar la noche pero le falló el acierto y la fortuna. Los dos centrales del Barça taparon todos los huecos sin dejar apenas resquicios. Rexach decidió entonces darle el testigo a Saviola que relevó a Geovanni. A diferencia de lo sucedido en Pamplona, esta vez quiso mantener en el césped al holandés y al argentino, que tan bien se habían compenetrado en la pretemporada. La fórmula funcionó: el argentino, en prácticamente su primera intervención, dio un pase a su compañero que envió fuera por poco. Y, a los diez minutos de estar en el campo, Saviola marcó: aprovechó un despiste fatal de la defensa para encarar al portero y marcar tras proteger el balón con habilidad. Sólo faltaba algo: ver si el Barça era capaz de aumentar el marcador y entonces las luces se apagaron en el estadio del Fenerbahce. Pero el partido ya practicamente estaba acabado y sólo quedó tiempo para que Saviola estuviera a un milímetro de anotar su segundo tanto y para que Bonano frustrara la última ocasión turca. La victoria supuso un espaldarazo para un equipo azulgrana que despejó muchas de las dudas que le acosaron durante las dos últimas semanas.
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