Una vieja tragedia
De nuevo una tragedia sacude al mundo; miles de niños menores de cinco años han muerto en Pakistán y en Afganistán víctimas de las condiciones de vida que reinan en esos países. No es que se hayan hundido en un rascacielos por un ataque terrorista suicida, no. Se dice que la mayoría de ellos falleció por el hecho de no tener acceso a agua corriente. Mandatarios políticos de los principales países desarrollados se han apresurado a negar cualquier implicación en los hechos por temor a represalias de padres o madres de los niños. Pero tú y yo, simples habitantes entre los 6.000 millones de este mundo sabemos la verdad y acusamos a los que tienen la posibilidad de terminar con ello, que están más preocupados por el Ibex 35, de no haber hecho nada para evitarlo. Les acusamos de estar diariamente realizando crímenes a la humanidad.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.