Una síntesis cultural de ocho civilizaciones
Traducida al castellano la historia de las ciencias escrita por Said al-Andalusí en el siglo XI
La evolución de la cultura humana entre las diferentes razas y pueblos de la tierra tiene su peso en ocho civilizaciones específicas. A saber: indios, persas, caldeos, griegos, romanos, egipcios, árabes y hebreos. Cada una de estas civilizaciones supuso, en un momento dado de la historia, una contribución de cada raza al 'progreso de las ideas científicas'. Ésta es la idea troncal del libro Historia de la filosofía y de las ciencias o libro de las categorías de las naciones (Tabaq al-umam), escrito en el siglo XI por Said al-Andalusí (Almería, 1029-Toledo, 1070) y traducido, por vez primera en castellano de manera íntegra por Eloísa Llavero Ruiz bajo la dirección del profesor Andrés Martínez Lorca. Las Tabaqat escritas por Andalusí, ajeno por completo a prejuicios ideológicos, gozan de una objetividad pasmosa en su tiempo.
Para el sabio Said, discípulo del escritor e intelectual cordobés Ibn Hazm, las naciones se clasifican en dos categorías: aquellas que han cultivado las ciencias y aquellas que no las han cultivado, división que no aparece en ninguna otra fuente árabe literaria. De esta afirmación eleva la idea de que sólo los indios, persas, caldeos, griegos, romanos, egipcios, árabes (orientales y andalusíes) y hebreos han creado y hecho avanzar las ciencias 'despreciando aquellas tareas de fuerza bruta o puramente repetitivas en las que los animales suelen aventajar a los humanos'.
El coautor de la edición e introductor de la misma, el profesor en la Facultad de Filosofía de la UNED Andrés Martínez Lorca, se apresura a explicar al lector el peso científico de las afirmaciones del sabio para liberarlas de toda carga ideológica. 'La causa principal del desinterés de muchas naciones hacia la ciencia radica para nuestro autor en una situación geográfica: así les ocurriría, por ejemplo, a los países nórdicos debido a su clima frío, y a los países próximos a la zona ecuatorial por su excesivo calor. Sólo florecen las ciencias en la zona templada del planeta, desde la India y Persia hasta España, pasando por Roma, Grecia, Egipto y Mesopotamia', aclara el profesor.
De este modo, ese casi determinismo geográfico se adecuaba en líneas generales con la realidad histórica del desarrollo de la ciencia antigua y medieval. 'Él reconoce que países con buen clima han llegado tarde a la civilización. Por tanto no es exactamente determinismo geográfico porque los gallegos han sido bárbaros y los beréberes no han hecho ciencia', matiza el estudioso.
Said al-Andalusí, que ejerció como juez en Toledo, se desentiende en su obra de las ciencias religiosas (la teología, la exégesis coránica, el derecho islámico, las tradiciones...). Su concepción moderna de la ciencia incluye una importante afirmación: la unidad de la especie humana pese a sus diferencias culturales o biológicas. Said era consciente del atraso cultural de la península Ibérica hasta la llegada de las tropas musulmanas. Por eso, destaca el proceso de arabización de Al-Ándalus, que asimiló así la ciencia oriental.
Su libro es la primera historia de la ciencia con carácter universal escrita en cualquier idioma. Said al-Andalusí es el primero en el siglo XI que intenta reconstruir los orígenes y la evolución de la ciencia en todo el mundo y su obra es la fuente más completa para reconstruir la historia de Al-Ándalus. La versión íntegra castellana de las Tabaqat (editorial Trotta), con 2.000 ejemplares editados, supone un instrumento útil para historiadores, filósofos y quienes deseen reconstruir la historia de la ciencia en Europa de manos del hombre de ciencia más importante que haya dado jamás la ciudad de Almería.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.