El Banco Mundial y el FMI suspenden su asamblea anual

Washington, en tensión por el ataque terrorista del pasado martes, no está para enfrentarse a eventos internacionales que requieran redoblar los esfuerzos en materia de seguridad. El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), ambos con sede en la capital de Estados Unidos, anunciaron ayer la suspensión de sus respectivas asambleas anuales, cuya celebración estaba prevista para los días 29 y 30 de este mes.

El presidente del Banco Mundial, James Wolfensohn, y el director del Fondo Monetario Internacional (FMI), Horst Köhler, hicieron público ayer un comunicado conjunto en el que justifican su decisión 'para que los responsables de hacer cumplir la ley puedan dedicarse a las prioridades inmediatas y extraordinarias' que tienen por delante.

La cancelación de las asambleas anuales de ambas organizaciones fue decidida después de haber mantenido 'consultas' al respecto con el Gobierno de George W. Bush.

Los máximos responsables del FMI y del Banco Mundial no dieron ninguna fecha alternativa para el encuentro de los Consejos de gobernadores y el resto de comités que tenían prevista su cita anual en Washington. Ambos se limitaron a indicar que ésta 'se determinará' más adelante, sin concretar cuándo. Sin embargo, las dos organizaciones quisieron subrayar que la actividad normal que llevan a cabo 'no se verá interrumpida'.

El nuevo orden mundial que vaya a surgir de la amenaza terrorista tendrá que contar con un escenario de globalización bien conocido por el Banco Mundial y el FMI. Ambas instituciones ya habían reducido a dos días la duración de sus reuniones, que inicialmente iban a alargarse una semana.

Este recorte se decidió hace aproximadamente un mes, a petición de las autoridades estadounidenses, que calculaban en 40.000 el número de manifestantes dispuestos a tomar la capital federal con motivo de las reuniones.

La policía de Washington, el ayuntamiento de la ciudad y el Departamento del Tesoro (que, como anfitrión, debería pagar una factura de seguridad estimada en 5.500 millones de pesetas) no querían que las asambleas se celebrasen tan pronto. El secretario del Tesoro, Paul O'Neill, ya se había expresado en este sentido cuando, de buena mañana, presenció la apertura de Wall Street. La sede del FMI se encuentra cerca de la Casa Blanca, convertida en una fortaleza tras los atentados.

Normalidad en 2002

Para estos organismos, que los grupos antiglobalización identifican con las desigualdades a combatir, la asamblea celebrada en Praga fue ya una auténtica pesadilla. 'Esperamos poder retomar el calendario normal de reuniones en 2002', dice el comunicado difundido ayer.

Un alto responsable europeo declaró a la agencia France Presse que 'en estos tiempos de incertidumbres coyunturales y políticas es bueno mostrar que las instituciones se mantienen en su lugar'. Por ello, los ministros de Finanzas del Grupo de los Siete (G7) se espera que mantengan su reunión, en principio prevista para el día 28 de septiembre en Washington, pero en Italia. Se trata de 'mostrar que alguien está pilotando' la economía mundial.