Dialectos
En Andalucía, el colectivo de sordos está en torno a unas 20.000 personas, aunque con diferentes grados de esa minusvalía, desde quienes han ido perdiendo capacidad auditiva con el paso de los años hasta los que nacieron sin ella. En cada provincia existe una asociación de sordos que es la que se encarga de impartir las clases del lenguaje de los signos. 'Para tener un dominio más o menos serio del lenguaje que haga posible la comunicación con un sordo por gestos', dice una portavoz de la Federación Andaluza de Sordos en Granada, 'se requieren en torno a unas 500 horas de clases. Un intérprete profesional requiere muchas más horas'.
Dos centros en Sevilla, otros dos en Málaga y Roda, otros en Cádiz y Jerez, y uno en el resto de las provincias andaluzas son los encargados de impartir estos cursos. También puede accederse al conocimiento del lenguaje de signos a través de la Formación Profesional Ocupacional. 'Hay un curso por año, y el nivel depende de la profundidad con que se quiera conocer el idioma'.
Curiosamente, frente a lo que piensa el ciudadano común, el lenguaje de los signos no es universal, como el esperanto, sino muy local. 'En España, por ejemplo', comentan en la Federación Andaluza de Sordos, 'cada comunidad tiene su propio dialecto. Aunque tengan signos comunes, el lenguaje que hay en Andalucía es diferente del que hay en Cataluña'.
Pero eso no tiene por qué sorprender. 'Los sordos también se preguntan por qué existen el español y el inglés, cuando ambos dos idiomas podrían ser el mismo, ya que son idiomas hablados'.
Para Miguel Vega, el profesor del Departamento de Traducción e Interpretación de la Universidad de Granada que ha puesto en marcha el proyecto, la iniciativa supone 'un salto cualitativo muy positivo'. 'Vimos que se podía dar un paso más allá en el mundo de la comunicación, y ese paso era crear la figura del intérprete de conferencias', dice. 'Como la lengua que más se utiliza en las conferencias y los foros es la inglesa, pensamos que esto podría ayudar muchísimo para los contactos internacionales'.
Una de las pretensiones de la iniciativa es incluir el lenguaje de los signos en el ámbito universitario. 'Se trata de un servicio social muy importante y con una demanda creciente. Creemos que los intérpretes de signos deberían formarse en la universidad para ofrecer mucha más calidad', dice Vega.
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