Un embudo entre dos autopistas
La autovía para conectar la A-8 y la A-68 no estará terminada hasta el año 2010
Los atascos de tráfico en la conexión de las dos autopistas vascas proseguirán durante lo que resta de década. El paso de la A-8 (Bilbao-San Sebastián) a la A-68 (Bilbao-Vitoria-Zaragoza) carece de un vial rápido, lo que le convierte en uno de los puntos negros de la red viaria, especialmente en las fechas punta de salida y regreso de las vacaciones, a pesar de tratarse de un recorrido de apenas tres kilómetros. La Diputación vizcaína asegura que el primer tramo de la futura autovía estará en medio año, aunque el resto deberá esperar hasta el año 2010.
La actual carretera que permite pasar de una autopista a otra tiene el dudoso honor de contar con los únicos semáforos existentes en el corredor europeo viario entre París y Lisboa. Los postes reguladores, en las localidades de Arrigorriaga y Zaratamo, causan un auténtico embudo en la circulación en bastantes jornadas laborales, pero especialmente en el verano, cuando al tráfico habitual se une la gran cantidad de vehículos extranjeros que atraviesan Euskadi hacia sus lugares de origen o vacación.
La circulación en ese lugar fue durante el pasado año de aproximadamente 25.500 vehículos diarios, un 5% más que el ejercicio anterior, pero con uno de los mayores porcentajes de transporte pesado de todas las carreteras vizcaínas, un 18% del total.
La situación resultaba peor a principios de la década de los noventa, cuando las aglomeraciones se situaban antes, en Basauri, nada más salir de la A-8. La construcción de un scalextric, el llamado nudo de Basauri (inaugurado en 1995), resolvió este primer escollo. Ahora los problemas se centran un kilómetro más allá, en la zona donde se encuentran actualmente los semáforos.
La Diputación vizcaína empezó hace año y medio las obras para habilitar una autovía de dos carriles en los tres kilómetros que conectan las dos autopistas. El proyecto se dividió en tres fases: la sustitución de los semáforos por una rotonda, el desdoblamiento de esta calzada hacia el nudo de Basauri y, la tercera, la implantación de otro carril en dirección a la autopista A-68.
Las previsiones del Departamento foral de Obras eran acometer las tres fases de manera consecutiva y en 1999 se anunció que todo estaría concluido para finales de 2003.
La realidad es ahora bien distinta. La primera fase, que ha requerido una inversión de 1.600 millones de pesetas, concluirá en la próxima primavera, con un retraso de ocho meses. Las otras dos deberán esperar: el tramo hacia Basauri (1.800 millones y 22 meses de trabajos) no empezará hasta 2003 y el que discurrirá hasta la A-68 ni siquiera tiene aprobado el proyecto. 'Empezarían en 2007', dice un portavoz foral, por lo que la autovía no podrá estar completada hasta 2009 o 2010.
Alivio del tráfico
Pese a las demoras, la Diputación vizcaína confía en que la supresión de los semáforos suponga un alivio importante del tráfico. 'Esto era lo más urgente y se alcanzará una mayor fluidez. Pero hay que decir que, cuando esté terminada la autovía, los atascos no desaparecerán del todo. Ya nos pasó en la autovía de Berango, que se puso el doble carril y los atascos no se han eliminado. En cuanto se ofrece más carretera, hay más coches y el problema persiste'.
Jesús Isasi, juntero vizcaíno del PP, no disimula sus críticas a la gestión de la Diputación. 'Las obras de esta autovía se tenían que haber finalizado. No se puede dejar todo a medio camino, como ha pasado con el corredor del Cadagua y el del Txorierri', asevera. A su juicio, el caótico estado del tráfico tanto en Bilbao como en sus accesos requiere acelerar estos proyectos, 'porque resulta que cuando se acaban las obras ya se han quedado pequeñas'.
Isasi destaca que Bilbao es 'la única ciudad sin conexión entre las dos autopistas. Habría que acelerarla al máximo para que esté terminada en 2005. Esto es posible siempre que los presupuestos lo soporten pero no se puede hacer si en obras que nos iban a salir gratis, como los túneles de Artxanda, hay que aportar ahora 2.300 millones para reforzar la seguridad'.
Josu Montalbán, portavoz del PSE en Vizcaya, coincide en que es un proyecto 'que tenía que haber sido prioritario'. 'Pensamos que, aunque es una obra importante, tarda demasiado', indica Montalbán. A su juicio, los problemas presupuestarios tienen solución: 'Sólo con el dinero del fraude fiscal se podría completar toda la red de carreteras pendiente de Vizcaya'.
El Real Automóvil Club Vasco-Navarro (RAC), asociación de defensa de los conductores, se muestra más comedido. 'No contamos con datos técnicos para valorar si la demora es excesiva. No ha habido reclamaciones de nuestros socios y por eso no hemos realizado una valoración exhaustiva', señala un portavoz.
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