El teatro despierta en septiembre

La temporada teatral en la región acaba de despertar, pero ya va a toda máquina. Un matrimonio de locas, un inmigrante sin memoria ni corazón, unos acusadores poco convencidos, un retorno teatral inocente y una pareja atípica han encontrado acomodo en los escenarios madrileños del Nuevo Apolo, el Marquina, el Fígaro, el Infanta Isabel y el Arlequín. La exquisita ligereza del musical, los efluvios cinematográficos de algunos textos y el regreso a las tablas de actores y directores de prestigio como Andrés Pajares, Fiorella Faltoyano o Narciso Ibáñez Serrador dan esplendor a una temporada más que prometedora.

- Doce hombres sin piedad. Esta historia de deliberaciones y conciencia transformará el teatro Fígaro en un juzgado. En una calurosa tarde de verano, en Nueva York, una docena de hombres decide el sentido de su veredicto -culpabilidad o inocencia- sobre 'lo que parece un evidente caso de asesinato de un joven residente en un gueto que acabó con la vida de su propio padre'. Las supuestas evidencias se van al traste cuando uno de los miembros del jurado vota 'no culpable'. 'La trama adquiere un cariz de tensión y, de manera repentina, el virus de la duda se extiende sobre el resto de integrantes del jurado', según explican los artífices de este espectáculo, que se estrenó ayer, producido por Luis Ramírez y dirigido por Ángel García Moreno. El elenco de actores es de altura, para estar al nivel del inolvidable Henry Fonda y sus colegas sin piedad cinematográficos: Juan José Otegui, Alberto y Fernando Delgado, Juan Gea, Alfredo Alba, Enrique Simón, Manuel Zarzo, José Pedro Carrión, Pablo Sanz, José María Escuer, Conrado San Martín, Tony Isbert y Paco Paredes, más la voz en off de Fernando Fernán-Gómez como juez.

- Aprobado en castidad. Esta pieza, que se estrenará en el Infanta Isabel el día 26, supone el retorno de Narciso Ibáñez Serrador a los escenarios teatrales, como actor y director, tras cerca de 30 años de ausencia. No es una casualidad que el creador del concurso televisivo Un, dos, tres vuelva a las tablas con esta comedia. Su autor, Luis Peñafiel, escribió el texto en 1952 'para Pepita Serrador y para su hijo Narciso', según recuerda ahora. Mas, como el popular Chicho prefirió entonces la tele, el montaje quedó pendiente. 'Hace unos meses, sin embargo, vino a verme con la idea absurda de retomar su carrera de actor casi donde la había dejado, o sea, en Aprobado en castidad; le hice ver que estaba gordísimo, pero me habló de la ilusión que le haría que su mujer y sus hijos le viesen sobre un escenario, que la obra sería como un tónico mágico que le devolvería la autoconfianza', desvela Peñafiel, un dramaturgo que, por la censura, hubo de cambiar 'castidad' por 'inocencia' en el título, a fin de poder estrenar. Narciso Ibáñez Serrador dice que es 'una comedia sin importancia, que carece de mensaje y cuya única intención es hacer reír todo lo posible sin recurrir a la grosería o la zafiedad'. Susana Canales y Andrés Resino encabezan el reparto.

- Ellas, la extraña pareja. Las actrices Fiorella Faltoyano y Cristina Higueras han formado un dúo al calor de un texto del dramaturgo Neil Simon. Las protagonistas, que son la versión fememina de lo que en cine representaron Walter Mathau y Jack Lemmon, ejercen, además, de productoras de un espectáculo que supone la recuperación teatral de Fiorella Faltoyano. Eso sí, no estarán solas en el escenario del teatro Arlequín. Les darán apoyo Helga Liné, Lina Mira, María Álvarez, Pablo Scola y José Vicente Moirón. Un grupo de amigas se reúne en casa de Olivia (Higueras) para jugar su partida semanal; sin embargo, Flori (Faltoyano) llega tarde con una mala noticia: su matrimonio se ha roto y su marido la ha echado de casa. Olivia se ofrece a acogerla, pero se olvida de que los problemas de convivencia pasan así a su propia casa. 'Es una historia de superación, la de una mujer encerrada en su mundo casero, y la de un personaje más fuerte que se da cuenta de que se está pasando, que trabaja demasiado y que necesita que la quieran', explicó Diana Laffond, que ha adaptado la obra a la España de nuestros días.

- Panorama desde el puente. Un relato con inmigrantes, amor, celos y delación da consistencia a Panorama desde el puente, en el teatro Marquina, como si se tratara de la realidad de hoy mismo. Pero no, Arthur Miller escribió esta obra hace 46 años, con Nueva York al fondo y una turba de europeos -italianos, sobre todo- que pretendía entrar y hacer fortuna en los dominios norteamericanos. Miguel Narros ha recuperado la historia del desmemoriado y traidor Eddie Carbone, traducida por el novelista Eduardo Mendoza. Eddie ya ha conseguido la nacionalidad norteamericana y vive feliz con su familia. Sin embargo, la aparición de dos familiares de la esposa, sin visado y en la cuerda floja, hace jirones la existencia tranquila de Eddie. Eduardo Mendoza comenta que la obra sigue de actualidad, 'por la tragedia de los inmigrantes ilegales y en la medida en que la obra refleja las relaciones de los inmigrantes entre sí, la forma en que su condición de ciudadanos de segunda categoría, cuando no clandestinos, asimilados a los delincuentes, condiciona su conducta familiar, sus afectos y su sentido ético', sentencia el traductor.