Sami Naïr afirma que no hay ninguna avalancha de inmigrantes en España
Maragall defiende el control de la inmigración para asimilarla mejor
El eurodiputado francés y especialista en temas de inmigración Sami Naïr censuró ayer en una jornada en Barcelona el 'enfoque fóbico' de quienes aseguran que España está recibiendo una 'avalancha' de inmigrantes. Naïr reconoció, no obstante, que el actual flujo inmigratorio genera preocupación porque 'es un fenómeno nuevo y complejo' y va asociado a la inmigración clandestina. El presidente del PSC, Pasqual Maragall, defendió en la misma jornada el control de la inmigración para asimilarla 'al ritmo que seamos capaces'.
'Es exagerado hablar de una avalancha' de inmigrantes en España, afirmó Sami Naïr durante su intervención en las jornadas Europa y el Mediterráneo: un nuevo marco de relaciones, organizadas por la revista The Economist en el Palacio de Pedralbes de Barcelona.
El eurodiputado francés aseguró que el número de inmigrantes que hoy recibe España es muy inferior al de otros países europeos como Inglaterra, Francia y Alemania. Lo mismo ocurre con el flujo de inmigración clandestina, añadió Sami Naïr, pese a que reconoció que es más espectacular por las continuas noticias de naufragios de pateras repletas de sin papeles que cruzan el Estrecho.
Sami Naïr alertó que también fomenta una actitud xenofóbica en la sociedad el hecho de que se use la inmigración como 'una mercancía en el debate político'. En el caso de España, el experto en temas de inmigración pidió el consenso entre las distintas fuerzas políticas españolas para afrontar con una actitud 'positiva y ambiciosa'. Sami Naïr se mostró contrario a una política europea común de gestión de la inmigración 'porque se trata de un asunto de identidad y de naciones, y Europa no es una nación'. En cambio, abogó porque cada país ponga en marcha 'estrategias específicas' a través de un diálogo con los países emisores de inmigración. En el caso de España, precisó Naïr, este diálogo debería abrirse con Marruecos, su principal fuente de inmigración.
El eurodiputado francés admitió que la inmigración origina recelos porque es un 'fenómeno muy nuevo y complejo'. A diferencia de los flujos migratorios de mediados del siglo pasado, explicó Naïr, esta nueva inmigración crece a un ritmo más acelerado porque 'las desigualdades -no sólo económicas, sino también demográficas- entre las dos orillas del Mediterráneo se están acentuando cada vez más'. La inmigración clandestina, que tanto temor despierta en los países receptores, es también, según Naïr, una particularidad de los nuevos fenómenos migratorios que no existía en los años cuarenta.
Sami Nair consideró necesario luchar contra las mafias que se aprovechan de los inmigrantes sin papeles en los países de origen y contra las economías sumergidas que los explotan en los países receptores. Defendió también las políticas de apoyo al desarrollo de los países que generan inmigración para fomentar 'el retorno voluntario'.
En el marco de las mismas jornadas, el presidente del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC), Pasqual Maragall, defendió el control de las fronteras ante la inmigración para poder asimilarla al ritmo que sean capaces los barrios y ciudades, que es donde se produce la integración.
Maragall reconoció, como lo hizo Sami Naïr, que España recibe niveles de inmigración muy inferiores a otros países europeos, pero añadió que en estos momentos, el número de extranjeros que llegan 'está desbordando nuestra capacidad de asimilación, que no es infinita'.
El dirigente socialista pidió ayudas del Gobierno a los barrios de Cataluña a los que llegan 'masivamente' los inmigrantes y que 'son los mismos que hace años recibieron inmigrantes del sur de España'. Sus habitantes, señaló Maragall, viven el drama de la gente que ahora llega 'en peores condiciones'. Ello genera una sensación de 'vuelta atrás y de decadencia' que puede desatar actitudes de rechazo a estos nuevos inmigrantes, advirtió el presidente del PSC.
El dirigente socialista se refirió también a las 'buenas' relaciones que España debería mantener con Marruecos y aplaudió 'el giro que ha iniciado' el Gobierno de Aznar respecto a este país de la orilla sur del Mediterráneo.
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