El Espanyol inaugura su Ciudad Deportiva en Sant Adrià de Besòs
El alcalde de Barcelona fue abucheado durante su parlamento
En un acto solemne, presidido por el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, y el alcalde de Barcelona, Joan Clos, entre otras autoridades, el Espanyol inauguró ayer su Ciudad Deportiva situada en Sant Adrià de Besòs: siete hectáreas de terreno que acogen cinco campos de juego y cuyo coste se ha elevado a 1.400 millones de pesetas. El Espanyol cerró así una herida abierta en 1997 con la pérdida de Sarrià.
Nadie quiso perderse ayer la fiesta españolista celebrada en Sant Adrià, en el día más feliz para la afición perica tras la conquista de la Copa del Rey. Cuatro años después de colocar la primera piedra, el club blanquiazul daba por inagurada una Ciudad Deportiva llamada a ser, en palabras del presidente del Espanyol, Daniel Sánchez Llibre, 'el principio de la subida del club'. Atrás quedaba el traumático recuerdo de la pérdida de Sarrià, en septiembre de 1997.
Con toda la pompa, Jordi Pujol y Sánchez Llibre cortaron la cinta inaugural. El obispo auxiliar de Barcelona, Joan Carrera, bendijo la nueva instalación. Y las autoridades políticas congregadas se deshicieron en elogios hacia la nueva casa españolista.
Allí estaban, además de los 4.000 seguidores que desde las gradas alentaron constantemente al Espanyol, el alcalde de Sant Adrià, Jesús Canga; la delegada del Gobierno, Julia García-Valdecasas, y el alcalde de Barcelona, Joan Clos. Pese al respaldo que recibió del resto de las autoridades, nada pudo hacer Clos por evitar que su discurso fuese constantemente abucheado por los seguidores del Espanyol. La afición blanquiazul culpa al alcalde barcelonés de no haber facilitado la ubicación de la Ciudad Deportiva en Barcelona.
La Ciudad Deportiva, con algunos aspectos aún por pulir, acogerá a 240 jugadores de entre 10 y 23 años, y tendrá capacidad para 1.200 aficionados.
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