_
_
_
_
FIRA DE TÀRREGA

Una historia de amor entre indigentes, primer éxito de la gran cita teatral

La Fira de Tàrrega, la feria de teatro más importante de España, arrancó el viernes con su inigualable mezcla de fiesta en la calle (se esperan cien mil espectadores), arte dramático (123 compañías) y negocio (700 programadores). El primer éxito ha sido el de los mimos Leandre y Claire, con la poética Madame et Monsieur, una historia de amor entre indigentes que es, al mismo tiempo, un fabuloso homenaje a los grandes del cine mudo.

A lo largo de la tarde del viernes fue llegando el público a la localidad leridana, un público que parece calcado al de otras ediciones, los mismos bongos, los mismos diábolos, las mismas mazas volteando en el aire y ese universo tribal, como regurgitado por el inconsciente colectivo, que arrastran tras de sí los espectadores más jóvenes. Leído así, Tàrrega es como una especie de rito iniciático que se oculta bajo la apariencia racional y eficiente de un mercado de las artes escénicas que, además, y ahí está lo sorprendente, funciona.

A lo que vienen las compañías y los promotores es a vender. Por su parte, los programadores compran, y el volumen de contratación alcanzó, en la pasada edición, los 2.280 bolos -actua-ciones-, cifra a todas luces nada desdeñable. Milagros de la economía moderna, donde se juntan la mística y los garbanzos. Mientras tanto, los observadores levantan acta de un fenómeno extraño, a medio camino entre la cultura okupa y los delirios empresariales de la Generalitat de Cataluña, construidos sobre el esfuerzo de unas compañías, mayormente jóvenes y de pequeño formato, que acuden a Tàrrega con las esperanzas de quien emprende una expedición a Eldorado (a costes debidos).

En este ambiente, y a diferencia de lo que pasa en la mayoría de los otros certámenes culturales, lo de menos son casi los espectáculos. Y pese a ello, es fácil darse de narices con algunas joyas -verbigracia, Madame et Monsieur, de Leandre y Claire-, unos cuantos aciertos -como La noche justo antes de los bosques, el Koltés interpretado por Pedro Rebollo, o Larra (el pobrecito hablador), sobre textos de Mariano José de Larra- y algunos espectáculos todavía frágiles de compañías incipientes pero con futuro -como El Viatge Tarambana, de los baleares Au Ments, o Amor, prozac i dubtes, de Mitel.les, sobre el texto de Lucía Etxebarría-.

El verdadero acierto del día (y en Tàrrega es como hablar de una quiniela hecha con el dado) fueron Leandre y Claire, y esa delicia que nació en la calle y que, con el añadido de un pianista, de una escenografía relativamente elaborada y, sobre todo, sin los flecos de la improvisación que, inevitablemente, exige la calle, se ha convertido en esa maravilla poética que es Madame et Monsieur. Leandre y Claire son más conocidos fuera de nuestro país, porque aquí la calle tiene poco prestigio. Con este espectáculo cuidadísimo, con hallazgos estupendos, sin un minuto de titubeo, y concebido para sala cerrada, iría siendo hora de que esta pareja de excelentes mimos encontrara, por fin, espacio en nuestra cartelera para regocijo del público.

Otro acierto, no del mismo calibre, es el Bernard-Marie Koltès de Luis Merchán (director) y Pedro Rebollo (actor) un monólogo que por la extrema calidad del texto y la brillante interpretación, tiene asegurado una larga gira por los pequeños teatros de toda España. La noche justo antes de los bosques, un texto con algunos años ya a sus espaldas y que habla de la condición de extranjero, sigue siendo, en su ascenso a la posición de clásico, un texto de rabiosa actualidad.

Curioso, ameno, gracioso, aunque no sin altibajos, es el montaje de Larra (el pobrecito hablador), construido sobre cuatro artículos de Mariano José de Larra que dan una imagen, cómica, trágica y entrañable, de la realidad española del siglo XIX, una realidad que tal vez no hayamos dejado del todo atrás. Artículos como Vuelva usted mañana o Quiero ser cómico retienen la esencia de una españolidad contra la que han luchado muchas generaciones de intelectuales españoles: provincianismo y estupidez. Dirigido por Frederic Roda Fàbregas e interpretado Daniel Guerra, Paqui Iglesias y Alberto Lozano, lo que menos funciona del montaje son los apartes musicales, que interrumpen el tono de unos textos que son, sin duda, lo mejor de la pieza.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_