A favor de las marcas
Imagine un mundo sin marcas. Lo hubo en otro tiempo, y todavía existe, más o menos, en los lugares más pobres del mundo. Sin estridentes anuncios, sin vallas desagradables, sin McDonald's. Pero si tiene una oportunidad y algo de dinero, la gente huye de este Edén. (...) ¿Qué debemos concluir? ¿Que la gente es rehén de las grandes empresas que tienen enormes presupuestos de publicidad y capacidad para llegar a todas partes, o que las marcas dan algo que la gente considera mejor que lo que tenía antes? La teoría de los rehenes la apoya Naomi Klein, (...) autora de No logo, libro convertido en biblia del movimiento antiglobalización. Dice que las marcas se han convertido en un 'estado fascista (...)' y que su ubicuidad amenaza la capacidad de elección (...) forzando una homogeneidad cultural del mundo. Pero así se desenfoca la verdadera naturaleza de las marcas, (...) que comenzaron como una manera de defensa de los consumidores. En la época preindustrial, la gente sabía qué había en su comida y qué carniceros eran de confianza, pero, tras emigrar a las ciudades, nunca más pudo ser así. Una marca proporciona una garantía de seguridad y calidad. (...) De igual modo que entonces, en la era de Internet y la globalización, la marca ha reforzado su valor. (...) Se está produciendo un cambio en el papel de las marcas. Crecientemente, los consumidores pagan más por una marca que parece representar un modo de vida o un tipo de ideas. Las empresas explotan las necesidades emocionales de la gente tanto como sus deseos como consumidores. (...)
Londres, 6 de septiembre
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.