España se examina ante un gigante

Italia, Lituania, Grecia..., selecciones del mascarón de proa del baloncesto europeo, están ya en casa. Pero algunos de los clásicos se mantienen: Rusia, entre otros; el rival de la selección española en el partido de cuartos de final que se disputará hoy (20.15, La 2) en Estambul. El campeonato pasa a palabras mayores. Y el nuevo equipo de Javier Imbroda se enfrenta a un listón de enorme altura. Tanta que rebasarlo, concluir entre los cuatro primeros, sería 'un sueño', en palabras del propio seleccionador.

Superar el escollo ruso representaría un salvoconducto para un equipo con un triángulo de veinteañeros que, arropados por varios jugadores que les llevan 10 años, seduce por su capacidad para practicar un juego vibrante pese a sus lagunas. Así ha sido hasta ahora. Pero, una vez que se ha dejado atrás con autoridad a Eslovenia y a Letonia; con derrota, pero detalles esperanzadores, a Turquía, y con apuros, pero capacidad de resolución, a Israel, la tarea cambia de registro. La entidad del rival es otra y las consecuencias del partido también: una victoria le daría a España dos oportunidades para ganar medalla; una derrota, le obligaría a dos triunfos consecutivos para alcanzar el quinto puesto, última plaza que da derecho a jugar el Mundial de 2002 en Indianápolis.

Hace dos años, la selección encaró el camino que le llevó a conquistar la plata venciendo en cuartos de final a Lituania, pero, anteriormente, los cuartos de final se habían convertido en un martirio ya que España perdió en ese cruce vital en cuatro campeonatos consecutivos: los Europeos de 1993 ante Alemania, de 1995 ante Grecia, de 1997 ante Rusia y el Mundial de 1998 nuevamente ante Grecia.

Imbroda elogió encendidamente la determinación y entereza de su equipo. Personalizó en Navarro. 'Si no hubiera sido por su canasta -dijo en referencia a la decisiva acción del alero que le dio ventaja a España ante a Israel cuando quedaban 29 segundos- no estaríamos aquí'. Y agregó que, después de haber sufrido lo que considera un arbitraje muy desfavorable ante Turquía, 'el equipo evitó que el pánico se apoderase de él y ésa es una gran virtud'. Conclusión: 'Tengo plena confianza y sé que tenemos posibilidades de ganar. El respeto a Rusia está medido'. El seleccionador está seguro de que el equipo ruso defenderá en zona, pero más porque ése es su estilo habitual que por el daño que hizo Israel a España con esa táctica. Los dos baluartes ofensivos que constituyen Kirilenko -ala pívot de 2,07 metros que el año que viene jugará con el Utah Jazz- y Tchikalkine -el alero que anotó 23 puntos el día del triunfo ruso sobre España en Sydney-, la capacidad de contraataque y de rebote ofensivo y la importancia del base Evgueni Pashutin son las virtudes rusas.

La capacidad de los pívots rusos para jugar en posiciones alejadas del aro puede crearle problemas al equipo español. 'Si Gasol quiere estar en la NBA, tendrá que defender ahí', subrayó Imbroda. No cree el seleccionador que ello vaya a provocar un déficit defensivo. 'Ante Eslovenia, Alfonso (Reyes), que mide dos metros raspados, defendió a Nesterovic, que le saca una cuarta, y lo anuló'. El propio Reyes rehuyó el debate: 'No sólo cuenta la altura'.