Diamond Dogs vuelven a verter su 'rock and roll' desenfadado en una sala de Bilbao
La sala Azkena de Bilbao comienza esta noche (22.00; 1.500 pesetas) una nueva temporada de conciertos, y lo hace con la presencia sobre su escenario de Diamond Dogs, conjunto sueco de rock and roll que ya pisó sus tablas el pasado mes de febrero. Entonces promocionaba un primer elepé titulado As your greens turn brown, pero ahora su visita se justifica como presentación ante el público vasco de Short player, su tercera entrega.
Short player es un minielepé que contiene un total de seis piezas, cinco originales y una adaptación del Connection de los Rolling Stones, y confirma a sus responsables en la senda del rock and roll más desenfadado, un camino ya desbrozado hace décadas por bandas como los Faces de Rod Stewart. La producción del cantante escocés es una referencia constante en los tres discos que han publicado en año y medio Diamond Dogs, cuyos componentes pueden alardear de un pasado vinculado a los Hellacopters, Wilmer X y Johnny Thunders.
Eguen Banda
Por otra parte, Eguen Banda ha sido incluida en el paquete de ocho bandas que representarán a los sonidos facturados en Euskadi en el próximo Mercat de Música Viva de Vic (Barcelona). Dicha circunstancia permitirá al conjunto vizcaíno presentar ante abundante público un disco titulado Eguenetako kantuak en el que caben esencia folk, música cubana, cortes que recuerdan a Ruper Ordorika e incluso una pieza recuperada de un cancionero del siglo XVIII. Todo ello cantado en tres idiomas: inglés, euskera y castellano.
El origen de Eguen Banda se remonta a 1998, año en que sus impulsores empiezan a reunirse en un local de Bilbao. La reciente incorporación del percusionista David Nanclares (ex África Klesse y Afrika Bikuma) ha aumentado a cuarteto una baqueteada formación que completan miembros fundadores de Doctor Deseo (Jesús Belmonte), ex violinistas y compositores de Oskorri (Fran Lasuen), y un británico que ha colaborado con Kepa Junkera y formado parte de Arrotzak (David E. Passingham).
De su unión surge la 'combinación atípica de herramientas' que destacan sus representantes al repasar las virtudes del grupo. Así, tratan de revestir de singularidad el hecho de que Eguenetako kantuak funda sonidos de violín, percusión, teclado, alboka, guitarra, armónica, piano y acordeón.
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