_
_
_
_

Un tribunal rebaja la pena a una 'correo de la droga' por las penalidades sufridas

La cocaína reventó en el intestino de la mujer

La Audiencia de Madrid ha rebajado la pena a una correo de la droga, Luz Marina L. P., colombiana de 46 años, que fue sorprendida en agosto del año pasado en el aeropuerto de Barajas con 80 bolas de cocaína en el intestino. Los 10 años de cárcel y 20 millones de pesetas de multa que pedía para ella el fiscal en el juicio, por un delito contra la salud pública, han quedado reducidos a tres años de prisión y dos millones de pesetas de sanción.

El tribunal ha rebajado sustancialmente la pena que hubiese correspondido a Luz Marina (entre nueve y 12 años de cárcel) tras aplicarle dos atenuantes cualificadas. La primera de ellas es la del 'estado de necesidad' en el que se hallaba la acusada cuando el año pasado, en Colombia, se le acercaron 'unos desconocidos' y le ofrecieron transportar droga a cambio de dinero. La mujer, según la sentencia, tiene tres hijos, uno de ellos gravemente enfermo, y necesitaba dinero para sus cuidados. La segunda razón para atenuarle la pena son las penalidades que ha sufrido la acusada desde que fue detenida en el aeropuerto madrileño, sobre las dos de la tarde del 24 de agosto de 2000: el envoltorio de una de las 80 bolas de cocaína que ocultaba en el intestino reventó y a punto estuvo de costarle la vida.

La Audiencia de Madrid declara probado que Luz Marina L. P., sin antecedentes penales, separada y madre de tres hijos, 'tenía [en Colombia] graves dificultades para ocuparse' del menor de sus vástagos, aquejado de 'una seria dolencia ósea y de bronquitis crónica'. Le resultaba casi imposible 'ocuparse del pequeño' y a la vez 'trabajar' para afrontar las deudas que se iban acumulando en casa: 'El alquiler, los recibos del agua y la luz...', señala el tribunal.

Antes de que unos narcos le ofreciesen transportar drogas, las compañías la habían amenazado 'con cortarle el suministro' de luz y agua y, además, se enfrentaba 'a un desahucio'. Según los jueces, ese estado de necesidad la llevó a aceptar el encargo. Así, 'ingirió 80 cuerpos cilíndricos' con un peso total de 459 gramos, de los que casi 300 eran cocaína pura, valorada en casi cinco millones de pesetas. Cuando, procedente de Bogotá, hacía transbordo en Barajas con destino a Milán, los agentes del aeropuerto madrileño la hicieron pasar por el detector de drogas y descubrieron la cocaína en su intestino.

La detenida fue trasladada al hospital Gregorio Marañón, donde durante varios días expulsó los cuerpos cilíndricos. Todos salvo uno, que reventó. Fue intervenida de urgencia el 26 de agosto, 'ante el riesgo de una intoxicación letal', según la sentencia. Sus penalidades no quedarían ahí. 'En el posoperatorio se produjo una infección por un fallo en la sutura que dio lugar a una peritonitis fecaloidea, lo que obligó a una segunda intervención y a un fuerte tratamiento con antibióticos'. En esta segunda operación hubo que extirparle la parte del intestino grueso más cercana al ano y colocarle un estoma para que hiciese sus necesidades.

En la sentencia, ponencia del magistrado Arturo Beltrán, se indica que 'nadie' ingiere 'por gusto' 80 bolas de cocaína si no es ante una 'situación precaria y singularmente difícil'. Y se añade que la procesada 'documentó' en el juicio 'la enfermedad de su hijo menor' y el impago de las facturas de la luz, agua y alquiler, y que sus hijos viven ahora en Colombia gracias a la ayuda de una asociación benéfica española.

Circunstancias desgraciadas

El tribunal afirma que, pese a las circunstancias desgraciadas que concurren, la acción de Luz Marina constituye un delito de tráfico de drogas de notoria importancia, si bien atenuado por su estado de necesidad y por las penalidades sufridas como consecuencia de la ingesta de la cocaína. Al redactar la sentencia, el tribunal valora que '(...) entre la consumación del delito y el momento de imponer la pena ha tenido lugar un castigo extrapenal, una pena natural nacida de la propia conducta típica de la procesada'; es decir, 'el peligro en que estuvo su vida al romperse los envoltorios de la droga, la necesidad de dos operaciones y la extirpación del sigma o tramo final del intestino'.

Por todo ello, considera que debe rebajar la pena establecida en el Código Penal para estos casos 'en uno o dos grados'. Entiende también la Audiencia que debería 'elevarse' la cantidad de cocaína a partir de la cual la ley considera que en su transporte concurre la agravante de notoria importancia. Ahora basta portar más de 120 gramos de cocaína para cumplir una condena de entre 9 y 12 años de cárcel.

El Gobierno ha recogido las quejas que existen en este sentido y pretende revisar este aspecto del Código Penal, que castiga básicamente a los correos de la droga y no a los habituales camellos, que trafican durante todo el año y nunca llevan más de 120 gramos para evitar que les agraven la pena.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_