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Dos de cada tres edificios en construcción carecen de seguro obligatorio de estructura

Las quejas relacionadas con la vivienda crecen, pese a que la nueva ley entró en vigor hace un año

Ramón Muñoz

Tras más de un año en vigor, la Ley de Ordenación de Edificación, que estableció un sistema de garantías de la calidad de la construcción, no ha evitado que aumenten las quejas de los compradores, tal y como atestigua un informe del Consejo Económico y Social y las organizaciones de consumidores. Sólo una tercera parte de los pisos en construcción posee el seguro obligatorio de 10 años que protege contra vicios estructurales. Esta situación se ha producido porque los promotores adelantaron al pasado año la petición de licencias para evitar el seguro, por lo que no se puede considerar ilegal.

El Consejo Económico y Social (CES) certifica en su último informe que, pese a la entrada en vigor de la LOE hace más de un año, las quejas de los compradores de una vivienda por las deficiencias en la edificación siguen creciendo, tanto en número como por el coste de los daños reclamados. Según este organismo consultivo, en el que están representados el Gobierno, la patronal, los sindicatos y organizaciones de consumidores, la LOE 'ha arrancado con carencias, desconfianza y lentitud'.

La misma opinión la suscriben las organizaciones de consumidores más importantes (OCU, CEACCU y UCE), que siguen constatando que la mayor parte de las reclamaciones que reciben se refieren precisamente a la vivienda.

La LOE, que entró en vigor el 6 de mayo de 2000, estableció la obligatoriedad para todos los promotores y constructores de un edificio de suscribir un seguro a 10 años que garantizara a los compradores cualquier daño en la vivienda que tuviera como origen un defecto estructural de la construcción (falta de cimentación, proyecto inadecuado, aluminosis). Para hacer efectiva esta póliza, las compañías de seguros exigen a unas empresas especializadas -denominadas organismos de control técnico (OCT)- una inspección previa que certifique la buena calidad de la construcción.

Licencias anticipadas

Sin embargo, un año después de la publicación de la LOE, tan sólo entre un 25% y un 30% de las viviendas actualmente en construcción poseen ese seguro obligatorio. La causa es que los constructores y promotores se apresuraron a pedir una avalancha de licencias de obras en los meses previos a la entrada en vigor de la ley, aunque no tuvieran previsto comenzar inmediatamente la edificación, con el fin precisamente de evitar el seguro decenal.

El vicepresidente de la Asociación de Organizaciones Independientes (AIC), que agrupa a la mayor parte de las OCT, Fernando Gutiérrez, calcula que sólo 90.000 viviendas de las que se están construyendo cuentan con el seguro, y que hasta mediados de 2003 o 2004 no se empezarán a notar los efectos de la LOE.

En la misma línea se manifiesta el secretario general de la patronal de promotores inmobiliarios APCE, Manuel Martí: 'Hasta el momento no se ha entregado prácticamente ningún edificio con el seguro decenal. Las primeras reclamaciones no comenzarán a llegar hasta dentro de un año, y hasta dentro de dos o tres años más no se habrán resuelto las primeras indemnizaciones'. De hecho, los primeros seguros comenzaron a suscribirse en septiembre, cinco meses después de la publicación de la LOE, según reconoce Unesa, la patronal de compañías de seguros.

Otro de los problemas con que ha chocado la aplicación de la LOE ha sido el coste del seguro. Promotores y aseguradores coinciden en cifrar dicho sobrecoste en un 1,5% del valor de la construcción, incluyendo tanto el control técnico como la póliza del seguro propiamente dicha. Un coste muy asumible dados los riesgos que cubre, salvo en las pequeñas edificaciones como chalés o casas individuales, donde la repercusión del informe técnico puede superar incluso el 5% del precio de la vivienda.

Por último, ha surgido un grave enfrentamiento entre las AIC y los colegios de arquitectos debido a que éstos han organizado sus propias sociedades de control técnico (denominadas entidades para la calidad de la edificación). Las AIC dicen que estas sociedades no son imparciales, puesto que es difícil que vayan a criticar los proyectos realizados por los propios arquitectos, quienes se defienden diciendo que nadie mejor que estos profesionales para detectar posibles vicios en la construcción.

Las otras dos garantías, aparcadas

La LOE, tras la presión del sector inmobiliario, no incluyó finalmente los otros dos seguros obligatorios que figuraban en el proyecto original del Gobierno: un seguro de habitabilidad, de tres años, por defectos de elementos constructivos o instalaciones; y un seguro de acabados, de un año, por la ejecución defectuosa de cualquier elemento interior de la vivienda. El informe del CES denuncia esa carencia y recuerda que está pendiente la aprobación por el Gobierno de un Código Técnico de la Edificación, en el que se establecerían los parámetros adecuados para satisfacer la funcionalidad, la seguridad y habitabilidad de los edificios. Y es que, frente a la confusión de muchos propietarios, el seguro decenal cubre riesgos estructurales del edificio, tanto por fallos en el proyecto como en la construcción, pero en ningún caso defectos interiores de albañilería o fontanería, por ejemplo. Sin embargo, ni el sector ni la Administración se han planteado la puesta en marcha de estos seguros hasta que se compruebe, al menos, la eficacia del seguro decenal, según la APCE.

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Sobre la firma

Ramón Muñoz
Es periodista de la sección de Economía, especializado en Telecomunicaciones y Transporte. Ha desarrollado su carrera en varios medios como Europa Press, El Mundo y ahora EL PAÍS. Es también autor del libro 'España, destino Tercer Mundo'.
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