Días extraños
Tal vez fuera por el cambio de tiempo, por la luna llena, por las brumas de las Ardenas... El circo se volvió loco. ¿todo el circo? no, claro que no. Hay cosas que permanecen siempre iguales a sí mismas aunque el caos se desate a su alrededor. Michael Schumacher se mantuvo al margen e hizo su carrera, que nada tuvo que ver con la del resto de corredores que ayer daban vueltas al circuito de Spa-Francorchamps -en el que debutara el alemán hace diez años-, convertido en una de las citas clásicas de la temporada
Hubo ayer una serie de detalles que valdrían para incorporarlos a cualquier mitología. El viejo profesor Alain Prost, cuyos bólidos le habían dado la primera gran alegría de la temporada situándose sorprendentemente en la segunda fila de la parrilla de la salida, tuvo que asistir, primero, al desespero de ver a su piloto Heinz Harald Frentzen paralizado en la primera salida y, después, al terrorífico accidente de Luciano Burti que, llegó a dibujar en su cara el rictus de la tragedia, lo que milagrosamente no sucedió. A Prost aún le faltaba contemplar cómo, casi sin despeinarse, Michael Schumacher dejaba definitivamente atrás el viejo récord de 51 victorias en Gran Premio.
La otra carrera tuvo detalles muy interesantes, especialmente la enorme actuación del italiano Giancarlo Fisichella sobre un Benneton-Renault, aguantando el tirón de los McLaren casi hasta el final y dejando claro que la casa francesa no va de farol cuando se propone cambiar las reglas del juego. En una sola temporada y por medio de una progresión insólita en este negocio, los bólidos azules están dejado claro en este final de temporada que el año que viene el juego será a cuatro bandas. Lo sorprendente, sin embargo, es que el patron de Renault, Flavio Briattore, le haya robado a Jarno Trulli a Jordan y se permita en estos momentos el lujo de disponer de Fisico y Fernando Alonso.
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