DE CORÍN TELLADO A ESPIDO FREIRE, NOVELAS DE MUJERES
Una ha escrito 5.000 libros; la otra cinco. Una defiende que su búsqueda en la novela tiene como futuro el espacio y el tiempo; la otra, los personajes y el argumento, y cree que quien no defiende esto es, sencillamente, 'idiota'. Corín Tellado, la novelista más prolífica de la literatura española, y Espido Freire, la joven promesa ganadora del Premio Planeta con 25 años y su novela Melocotones helados, hablaron de mujeres, letras, libertad, emociones, futuro de la narrativa y de negros literarios en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) de Santander, donde participaron en el curso Literatura escrita por mujeres.
A Tellado no le gusta la discriminación positiva en literatura: 'Ese debate no existe', zanja. Quizá porque ella ha abierto caminos que le reconocen los jóvenes. 'Hemos andado mucho las mujeres en este oficio gracias a Corín, a Carmen Martín Gaite, a Ana María Matute, a Josefina Aldecoa', aseguró Freire.
Se cruzaron currículums y experiencia de maestra a discípula. Tellado dice haber escrito 5.000 libros, haber vendido 400 millones de ejemplares, con récords como los 750.000 en una semana de Eres una aventurera, en 1966, 20 años después de que publicara su primer título, Atrevida apuesta. 'Y lo he hecho sin negros', presume. 'La primera vez que oí esa palabra fue porque alguien se me ofreció y yo ayudé a que se colocara en una editorial escribiendo novelas del oeste. Hubiese sido imposible. Mi estilo es muy difícil de imitar'.
A Corín Tellado le resulta difícil aprenderse el nombre de su contertulia, Espido Freire. 'Para mí eres la de los melocotones', le dijo cariñosamente y le aseguró que guardaba cartas de presos y de quintos que iban a la mili y que habían leído historias suyas. 'Un mogollón', afirmó, además de confesiones de gente que le aseguraba que le debían 'la felicidad', por sus historias.
Escritoras por la libertad
Las dos coincidieron en que escribían por la libertad. La mayor, dijo, 'en un tiempo en que no existía ese valor, un tiempo de villana vergüenza'. Y las dos se diferenciaron en sus intenciones. 'Yo no quiero ser Stefan Zweig, soy Corín y no pretendo ser más que una novelista de entretenimiento', confesó.
Mientras que Espido Freire quiere indagar las fronteras del espacio y el tiempo y, asegura, 'por ahí irá la novela del siglo XXI, a mi entender, sin que pretenda sentar cátedra'. A ver a dónde y cuándo llega.
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