El Gobierno atribuye a grupos organizados los disturbios de Ceuta

El delegado del Gobierno en Ceuta, Luis Vicente Moro, prometió ayer una investigación exhaustiva sobre los altercados producidos en el paso fronterizo ceutí del tarajal y recalcó que hay una trama organizada que pretende desestabilizar la frontera entre Ceuta y Marruecos, por la que pasa medio millón de personas al mes (unas 30.000 diarias). Esta frontera mueve al año una cantidad cercana a los 100.000 millones de pesetas en concepto de comercio transfronterizo, a pesar de que no se trata de un paso aduanero en toda regla.

La Delegación del Gobierno ordenó ayer a los agentes de la frontera que prohíban el paso a unos 80 marroquíes, a los que tiene identificados como los cabecillas que lideraron los disturbios. Según el delegado, Luis Vicente Moro, 'estas personas no entrarán más en Ceuta' y si lo intentan, la Policía Nacional tiene orden de retirarles el pasaporte en la frontera.

El puesto fronterizo del Tarajal volvió a convertirse ayer en el escenario de enfrentamientos entre policías y jóvenes magrebíes. Durante toda la noche, la frontera y la única carretera que conecta el paso fronterizo con la ciudad permaneció cortada con barricadas de fuego levantadas con contenedores en llamas. Unos 30 jóvenes marroquíes y musulmanes españoles querían así provocar a los efectivos de la Policía Nacional y de la Guardia Civil desplazados a la zona en previsión de que se pudieran repetir los incidentes del martes, cuando un grupo de marroquíes se enfrentó a la Guardia Civil por las aglomeraciones en los carriles fronterizos de peatones y se produjeron tres detenciones y ocho heridos.

Los disturbios se repitieron de madrugada. Entre la una y las cuatro de ayer, la frontera permaneció cerrada a cal y canto debido a las continuas refriegas entre agentes y encapuchados, que lanzaron piedras y todo tipo de objetos a las fuerzas de seguridad.

Ayer por la mañana continuó la tensión en la zona, cuando medio centenar de individuos, procedentes de Marruecos, protestaron en el paso fronterizo por el trato infringido a los marroquíes que transitan a diario entre Ceuta y el pais vecino. Los manifestantes, que portaban pancartas en árabe y en francés, acusaban de racistas a los agentes españoles.