La ciencia, a través de los sentidos

¿Cómo se forman los huracanes, las olas o las nubes? ¿Cómo ven y oyen una abeja, un águila, un murciélago o un conejo? ¿Cómo se mueven los satélites, las poleas o los pesos? En el Museo CosmoCaixa de Alcobendas basta con apretar un botón para responder a cada una de estas preguntas. La intención de este espacio interactivo inaugurado hace poco más de un año es que quien lo visite descubra los secretos de la ciencia y la naturaleza por él mismo.

'Aquí está prohibido no tocar, y cualquier ciudadano se convierte en el protagonista de la visita', afirma Jesús Arroyo, responsable de las relaciones externas del museo. En verano, la oferta palpable se amplía para que el visitante se implique aún más, y este museo de la Fundación La Caixa, hasta el 16 de septiembre, añade tres talleres interactivos a las exposiciones permanentes. Jugando con el tiempo, todos los días, permite conocer, de forma práctica, cómo se puede medir el tiempo sin los relojes que ahora usamos. 'Ahora sé cómo construir un reloj de sol o de arena, y lo puedo hacer en casa', comenta un niño al salir de este taller que, como el resto, dura poco menos de una hora.

En el taller de sonido los monitores intentan, también a través de los sentidos, que el público entienda más sobre las vibraciones y las ondas. 'Hola, soy María y me gusta mucho este museo', grita una señora a un micrófono acoplado a una máquina que le permite ver, por primera vez en su vida, las ondas de su voz.

El Planetario Burbuja, hermano menor del que está instalado en la cubierta, se ha concebido este verano como un taller familiar de astronomía en el que los niños aprenden jugando a conocer el cielo, los planetas y el zodiaco.

El museo demuestra que comprender el principio de Arquímedes viendo uno mismo cómo los objetos flotan en el agua, o generar el movimiento de una polea sentándose a pedalear en una bicicleta estática es más didáctico que releer la pesada teoría que se estudia en el colegio. 'A veces la gente no sabe dónde está el límite de la interactividad y quiere tocarlo todo. Alguna vez nos hemos encontrado gente hasta en el cuarto de las fregonas y las basuras', afirma una de los encargados de mantenimiento.

En CosmoCaixa, que ha sido visitado ya por 650.000 personas, se experimenta con los cinco sentidos. En la exposición Huracán,1724, además de la vista, también hay que usar el olfato para identificar qué productos se utilizaban en los navíos cuyo naufragio en el mar Caribe reconstruye esta muestra: aguardiente, pólvora, alquitrán... En otro lado del museo, también apretando un botón, los visitantes pueden jugar a averiguar a qué sustancia corresponde el líquido que han probado. Hay sabor a plátano, a zanahoria, e incluso a pizza y a queso.

En el jardín, un dinosaurio da la bienvenida y compite en altura con las grúas de construcción y las industrias que rodean el museo. Su césped puede ser usado por el público para descansar y tomar un bocata al aire libre. Aunque puede que prefiera la cafetería para probar un plato combinado de Planetarium, Atomium o de Teoría de la Relatividad, e interaccionar un poco más, si cabe, con el ambiente.

CosmoCaixa: de martes a domingo de 10 a 20.00. Precio: 500 pesetas adultos, 250 para estudiantes, jubilados y familia numerosa. Niños de 3 a 7 años, gratis. Pintor Velázquez s/n. Alcobendas. Autobuses 157, 151, 152, 153 y 154, desde Plaza de Castilla.