La primera foto no 'robada'
Los fotógrafos le preguntaron cuando entraba en la catedral de Oslo: '¡Eva!, ¿estás feliz?'. Con una sonrisa de oreja a oreja, la joven contestó: 'Sí, por supuesto'. Faltaba una hora para el enlace de los ya príncipes herederos de Noruega, Haakon y Mette-Marit, y casi siete horas más para que Eva Sannum quedara inmortalizada junto al príncipe Felipe de Borbón en el baile celebrado tras el banquete nupcial.
Sannum, su escotado vestido azul turquesa anudado al cuello y su chal a juego acapararon buena parte de la atención de los presentes. Los periodistas que tuvieron ocasión de presenciar el arranque del baile, a cargo de los novios, no vieron bailar a don Felipe, que vestía traje militar de gala de capitán de corbeta con pajarita blanca, con Eva Sannum. Sí atestiguan que ambos, juntos, fueron los últimos en aparecer en el salón reservado para el baile para ver las evoluciones de los novios sobre la pista. Previamente se les vio en una esquina, charlando cabeza con cabeza.
El periódico VG fue más lejos y ayer afirmaba que el Príncipe heredero y la modelo 'flirtearon en público' durante el baile.
Eva Sannum llegó al acto a las once de la noche, procedente del edificio histórico de la Sociedad Militar de Oslo, donde cenaron 180 de los invitados que no cupieron en el comedor oficial del Palacio Real. Fue allí donde cenó el príncipe de Asturias con su madre, la Reina.
Cuatro de los mejores amigos de la novia se escudaron, protectores, en un 'todo el mundo bailaba. No íbamos a fijarnos precisamente en estas dos personas'.
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