Paisajes con historia
La Diputación de Córdoba edita una selección comentada de 60 parajes naturales
Un paisaje hermoso no es únicamente el resultado de una sabia combinación de elementos naturales, también es un espacio modelado por la historia y la cultura, en cuya interpretación y disfrute intervienen tanto la razón como los sentimientos. Para el que lo contempla no siempre están presentes todos estos factores y el que ha de describirlo, sabiendo de esta riqueza de matices, se enfrenta a la dificultad de transmitir sensaciones con las limitaciones que impone la palabra escrita.
José Aumente, biólogo e incansable divulgador de la naturaleza cordobesa, se enfrentó hace algunos años a este reto. Lo que podría haber sido la clásica selección de rutas de naturaleza, que algunos diarios ofrecen al acercarse el fin de semana, se convirtió en 'sesenta propuestas para sentir los paisajes de Córdoba'.
Desde el mes de mayo de 1999 hasta diciembre de 2000 fueron apareciendo estas propuestas, con periodicidad semanal, en la prensa local, combinando información y sentimientos, buscando la difícil síntesis entre las ciencias y las letras.
Con esta visión romántica de la biología, explica Aumente, 'trataba de dar a conocer estos paisajes, pero no por el simple hecho de informar, sino para conseguir una identificación del cordobés con su tierra'. Es un hecho demostrado, asegura, 'que la gente tiende a asumir responsabilidades ante aquello que considera propio, mientras que el desarraigo produce indiferencia o inhibición'.
Reconocer las propias raíces es el principio de cualquier iniciativa destinada a conservar este patrimonio, y ese es el objetivo último de la obra de Aumente. Tal es así que ahora la Diputación de Córdoba ha editado esta selección de parajes naturales comentados, reuniéndolos en un solo volumen. De cada uno de ellos se ofrece una ficha práctica en la que se indica, apoyándose en una sencilla cartografía, cómo llegar hasta el paraje en cuestión.
Abundan los paisajes serranos, aunque se trate, en muchos casos, de aquellos menos conocidos, los que difícilmente aparecen en las guías de naturaleza al uso. Así ocurre con la sierra de Santa Eufemia, que se levanta en el extremo norte de la provincia como una poderosa atalaya desde la que es posible contemplar los mayores bosques de adehesados de Europa, aquellos que tapizan la comarca de los Pedroches. O la Sierra de Albayate, entre los municipios de Priego de Córdoba y Almedinilla, en donde se encuentran los mayores encinares del sur de la provincia, amenazados por la fiebre del olivar a pesar de albergar especies vegetales únicas, como la flor de Rute, una pequeña margarita endémica que fue descrita por primera vez en 1980.
De la huella que la historia ha dejado en la naturaleza hablan paisajes como los que rodean al acueducto de Valdepuentes, en las cercanías de Medina Azahara. Allí crecen bosques y rodales de almezos, especie introducida por los árabes que ha sobrevivido al paso de los siglos, igual que lo ha hecho el apio caballar, una variedad hortícola hoy olvidada que antaño se cultivaba. Pero quizá la especie más sorprendente de este paraje, en el que el tiempo parece haberse detenido, es el Trifolium boissieri, un trébol que en toda Europa solo habita en la Península Balcánica y en el entorno de la ciudad de Córdoba, siempre ligada a los asentamientos hispano árabes.
En ocasiones Aumente nos traslada a enclaves aparentemente remotos, perdidos, aislados, que, sin embargo, supieron del intenso trasiego de hombres y caballerías. Las riberas del arroyo Matapuercas, en las cercanías de la localidad de Adamuz, dibujan hoy un paraje tranquilo, en el que la vegetación y la fauna silvestres campan a sus anchas. Y, sin embargo, por aquí discurrió la vía principal que enlazaba Córdoba, y el resto de Andalucía, con la capital de España, hasta que en el año 1780 se abriera el paso de Despeñaperros. Convertidas en cortijadas aún se conservan algunas de las muchas ventas y posadas que salpicaban esta ruta.
Pequeños tesoros escondidos que ahora ven la luz gracias a la curiosidad y el rigor de este biólogo, capaz de combinar la cita histórica con la leyenda, el dato científico con la poesía.
Comentarios y sugerencias a propósito de Crónica en verde pueden remitirse al e-mail: sandoval@arrakis.es
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