Tres menores huidos de un reformatorio chocan contra un camión en un coche robado
En el accidente murió un joven de 21 años que iba con los adolescentes, que están heridos
Los tres menores -M. E. M., de 14 años; J. S. C., de 15, y M. A. I. S., de 15- se escaparon el miércoles por la tarde cuando regresaban con otros cuatro compañeros de una piscina en el barrio de Quintana. Habían acudido con dos monitores. A la salida del recinto deportivo vieron a unos amigos y, a la carrera, lograron dar esquinazo a sus cuidadores.
Los tres jóvenes se unieron a otros tres amigos -J. R. M. M. y J. M. L., ambos de 14 años, y Javier C. G., de 21- y juntos se dirigieron por la noche a Carabanchel. Allí, en la calle Polvoranca robaron un Opel Kadett, matrícula M-4532-LF, que su dueño había dejado aparcado alrededor de la medianoche.
Con J. R. M. M., de tan sólo 14 años, al volante, y tras pasar un par de horas circulando por la zona sur, el grupo llegó a Leganés. En una calle del barrio de San Nicasio el conductor vio a un coche de policía y, temiendo que les descubrieran, emprendió una loca carrera por la calle Río Duero. Primero se saltó un semáforo en rojo situado frente al colegio público Calderón de la Barca. Sin dejar de acelerar enfiló el cruce de la calle de Río Manzanares, en el que existen sendas señales de stop: una en el suelo y otra a la derecha, que es de grandes dimensiones por ser de las empleadas para autovías. El jovencísimo conductor no frenó. Giró violentamente a la izquierda y se empotró lateralmente contra la parte trasera de un camión de recogida selectiva de basuras que ya había rebasado el cruce en dirección a la avenida del Doctor Mendiguchía Carriche.
Impacto brutal
El impacto fue brutal y el estruendo despertó a gran parte de los residentes de la zona. El coche quedó empotrado en los bajos del camión y convertido en un amasijo de hierros retorcidos del que sus ocupantes no podían salir. Cuando llegaron los servicios de emergencia, alertados por varios vecinos, nada se podía hacer ya por salvar la vida de Javier C. G., que viajaba en el asiento del copiloto. Los cinco adolescentes tuvieron que ser rescatados del coche por los bomberos desplazados al lugar, al igual que dos UVI móviles del 061 del Insalud y tres ambulancias de la Cruz Roja.
Una de las ambulancias del 061 trasladó al herido más grave -J. S. C., de 15 años, uno de los tres chavales fugados del reformatorio- al hospital Doce de Octubre. Presentaba traumatismos craneoencefálico, abdominal y torácico graves y fractura del fémur derecho. Anoche permanecía ingresado en la unidad de cuidados intensivos (UCI) de urgencias del Doce de Octubre y su pronóstico era muy grave, según informó una portavoz del centro hospitalario. Otro de los menores, J. M. L., fue trasladado al hospital Severo Ochoa de Leganés y posteriormente al hospital Clínico. Sufría rotura de un fémur y traumatismo facial grave.
Los otros tres heridos -el conductor y los otros dos internos de Altamira- también fueron trasladados en ambulancias de Cruz Roja al hospital Severo Ochoa. Los tres presentaban fracturas y diversas contusiones. Los responsables del servicio de urgencias decidieron, vista la menor gravedad de las lesiones, trasladarlos tras las primeras curas a sus hospitales de referencia en la capital, el Clínico y el Doce de Octubre, donde permanecían ingresados anoche.
En el siniestro también resultaron heridos los dos operarios que viajaban en el camión de recogida de basuras, con matrícula 5909 BDD, uno de los vehículos recientemente adquiridos por el Ayuntamiento de Leganés. Ambos fueron atendidos en las urgencias del hospital Severo Ochoa de contusiones costales y golpes en un muslo y en un codo. Alrededor de las 4.10 fueron dados de alta, según explicó un portavoz del centro hospitalario.
Según Javier Suárez, director de Altamira, los tres chicos que escaparon de sus cuidadores tienen un 'carácter fantástico'. Dos de ellos (J. C. S. y M. A. I. S. llevaban internados en el centro desde junio y habían salido ya varios fines de semana a visitar a su familia, 'regresando después sin problemas', informa Begoña Aguirre. El tercero entró hacia el 20 de julio y había iniciado recientemente el régimen de salidas. Víctor García, coordinador del Instituto Madrileño del Menor y la Familia (IMMF) para los cuatro reformatorios de la región, añadió que dos de estos muchachos estuvieron antes internados, por otros delitos, en el reformatorio cerrado de El Madroño, que él dirige, en Carabanchel, 'sin que intentasen escaparse ni vulnerar las normas'.
En los reformatorios en régimen semiabierto los menores, previa autorización, pueden salir por su cuenta a seguir cursos formativos y a visitar a su familia durante el fin de semana. También se contemplan actividades de ocio en el exterior, siempre con la compañía de educadores. El equipo del centro diseña un proyecto de reinserción para cada chaval y, según sea su evolución, se le concede mayor o menor autonomía.
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