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Un alza récord del paro agudiza las dudas sobre la recuperación de Japón

La Bolsa de Tokio se hunde hasta su mínimo de los últimos 17 años

El continuo goteo de indicadores nefastos muestra que apenas hay señales de recuperación en la maltrecha economía japonesa. El descontento cunde entre una parte de la población, víctima del incremento del desempleo. Varios medios de comunicación japoneses informaron ayer, como anticipo de los datos oficiales, de que la tasa de paro subió una décima en julio y alcanza ya al 5% de la población activa, es decir, a 3,3 millones de japoneses.

'Tomaremos las medidas necesarias contra el desempleo', aseguró el primer ministro nipón, Junichiro Koizumi, en su residencia de verano en Hakone, ciudad famosa por sus baños termales. Koizumi repitió su mantra: las reformas estructurales anunciadas recientemente con el objetivo de mejorar la productividad de los sectores de la economía más ineficientes sólo devolverán la normalidad al mercado laboral a largo plazo. 'El aumento del paro no se puede evitar ahora', dijo.

El pronóstico es, sin embargo, desalentador. A juicio de los analistas, el desempleo seguirá en ascenso, sobre todo porque los planes del primer ministro aumentarán las presiones para que los endeudados bancos japoneses se deshagan de sus clientes morosos, lo que lleva a muchas empresas a la bancarrota y, con ellas, a sus plantillas. 'Nosotros predecimos que, a final de 2002, el desempleo será del 5,7%', indicó Takehiro Sato, economista de Morgan Stanley en Tokio.

La economía japonesa consiguió escapar de la recesión (dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo), después de que el producto interior bruto del primer trimestre creciera un 0,1%, frente a la caída del 0,2% anunciada inicialmente por el Gobierno.

Pero los datos de la balanza comercial, publicados ayer por el Ministerio de Finanzas, tampoco son una muestra de que las cosas vayan a mejorar. El superávit comercial cayó un 58% en julio, respecto al mismo mes del año pasado, hasta los 3.400 millones de dólares (unos 630.000 millones de pesetas), fruto de una contracción del 6,5% de las exportaciones. Mientras, las importaciones crecieron un 9,1%.

Las empresas más perjudicadas por la caída de las ventas al exterior son las dedicadas a la tecnología y la electrónica, como Sony, que día tras día reducen sus previsiones de beneficios. Las malas expectativas se trasladaron a la Bolsa. El índice Nikkei se desplomó ayer un 2,36%, y se colocó en su nivel más bajo desde octubre de 1984, arrastrado por las grandes empresas.

Caída de las exportaciones

Las exportaciones japonesas se han visto seriamente perjudicadas por una combinación de la debilidad de la demanda mundial y la fortaleza del yen, que ha provocado que los productos japoneses sean menos competitivos que los fabricados en algunos países vecinos, como China, Taiwan y Corea del Sur. 'La tendencia es tan clara que no podemos esperar que el superávit comercial vuelva a crecer pronto', reconoció un portavoz del Ministerio de Finanzas. Los economistas estiman que las exportaciones caerán aún más a no ser que la economía de Estados Unidos, el principal socio comercial de Tokio, se recupere.

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