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Reportaje:ROCE DE LENGUAS /5

L'Alguer, dialecto 'versus' estándar

Originalidades finesas. Finlandia es un país curioso. Ahí se inventó la inmersión lingüística. Es un invento de la minoría sueca. Los sueco-finlandeses son unos miles de habitantes en un país de cinco millones de fineses. Su lengua se iba al garete. La solución fue ese sistema de aprendizaje de la lengua materna en un país donde casi todas las mamás hablan otra lengua. Es un sistema delicado. Para practicarlo, no sólo han de aceptarlo los finlandeses, sino los suecos. Si un número considerable de suecos deciden hacerse el sueco ante el sueco, el sistema no funciona y la fractura social sueca está a huevo. En contrapartida, es un sistema efectivo para normalizar -es decir, desdramatizar- lenguas minoritarias / minorizadas.

En L'Alguer, dos misas polarizan el roce de lenguas: una en catalán estándar y la otra en la variante dialectal del alguerés

Hola. Soy yo. No estoy en Finlandia, sino en todo lo contrario: L'Alguer. Un municipio bellísimo, con unas costas agrestes -como del Empordà, pero para adultos-, unas personas simpáticas y cabales, una bodega de vinos -Sella & Mosca- que quita el hipo y un trolebús divertido (llamado Il Trenino Catalano). Desde el siglo XIII, en esta ciudad de Cerdeña se habla catalán.

- L'Alguer bien vale una misa. Ahora estoy en la iglesia de Sant Francesc, donde todos los domingos don Tonino Nughes da misa. Las personas siguen en todo momento la misa con un misal en catalán, el libro en catalán más editado en la historia de L'Alguer. Unos 15.000 ejemplares. Este acto es uno de los dos actos oficiales en catalán que se realizan en la ciudad. El otro, como ya habrán supuesto, es otra misa. Los sábados, en la iglesia de la Misericòrdia, que también me he comido, aunque el día que fui, el cura, sardo, sufría dolor de muelas, por lo que optó por no complicarse más la vida y tirar millas en italiano. Lo divertido de la cosa es que ambos actos verbalizan una micropolémica lingüística existente entre los grandes sacerdotes -nunca mejor dicho- del catalán en la ciudad. A saber: una iglesia está frecuentada por los partidarios de la variante dialectal del alguerés, y otra por los partidarios del uso de un catalán estandarizado.

Las organizaciones culturales se agrupan en torno a esas dos tendencias, que, a su vez, se agrupan en torno a dos organismos culturales, la Obra Cultural -algueresista, tiene una escuela en la que enseñan a hablar alguerés-, y Òmnium Cultural -estandarista, tienen una escuela donde enseñan el Digui-Digui system. La relación de Òmnium con la Generalitat es, por lo visto, densa; la Gene paga formación de profesorado, escuelas de verano y cursos.

La polémica es colorista -en la ciudad hay tres poseedores de la Creu de Sant Jordi que, por supuesto, no se hablan-. Pero la sangre no llega al río. Los dialectalistas no son blaveros -saben que hablan una variante de una lengua-, y los estandaristas aceptan opciones locales. Quizá la cosa, pues, responde a piques personales, de esos que llenaban de sentido la Atenas clásica y el Puerto Hurraco actual. Por lo que sé, el pique lingüístico se materializa en las misas. No pueden materializarse en, pongamos, los mass media, pues no los hay en catalán. Los algueristas se cachondean de la misa estandarizada. Aluden que es un max-mix de catalán, sardo e italiano. Los estandaristas hacen lo propio con la misa alguerista. El llenapistas de las críticas es, fundamentalmente, la alocución, en el momento de la Consagración, de la palabra anjoni, un sardismo que significa 'anyell / cordero'. Según el sector crítico, un anjoni es, vale, un cordero, pero debidamente cocinado, con lo que cuando el cura dice anjoni, es como si dijera 'cordero al chilindrón, germans'.

- Las tribulaciones de un no-sueco en Cerdeña. El alguerés inició su actual crisis en la década de 1960 -lo hablaba el 60% de la población-, cuando los padres decidieron no transmitir su lengua a los hijos. Se barajan la RAI y el prestigio del italiano subsiguiente como principal razón. La ciudad la forman 40.000 habitantes -en verano, 200.000-. No hay estadísticas, pero los más optimistas creen que 4.000 personas hablan catalán. La autonomía sarda posee una ley de uso de sus lenguas -dos, el sardo y el catalán- y la República posee una ley nacional sobre lenguas minoritarias -12-. Estas leyes reconocen las lenguas autóctonas, pero no las potencian. En Italia, no obstante, no hay crispación lingüística, y nadie observa el italiano como una lengua opresora. La falta de conflicto lingüístico, curiosamente, es argumentada por muchos alguereses como la razón del declive de la lengua: 'El català, al contrari del que ha passat a Catalunya, aquí no és una reivindicació'. Como, de hecho, lo fue el sueco en Finlandia. Si quieres hablar alguerés, dispones de la escuela Pasqual Scanu -te enseña el dialecto- y la de Òmnium -te enseña, lo dicho, catalán de TV-3-. Son escuelas de adultos. En las escuelas infantiles, el próximo curso, por un convenio entre Òmnium, la Generalitat y el municipio, se empezará a impartir alguna clase de catalán. Pero no educación en catalán. Se enseñará algo de sueco, pero nada en sueco. Pere Lluís Alvau, jefe del servicio de la concejalía de Cultura de L'Alguer, me explica: 'Avui, el gran problema al món actual és la identitat. Tothom necessita identitat. Aquesta és la raó del conflicte entre els partidaris de l'alguerès i de l'estàndard. És una polèmica de poble. Mentre discutim la identitat, la llengua es perd'. En un futuro cercano, ¿sobrevivirán las lenguas que no identifiquen a una comunidad como, pongamos, los suecos? ¿Existirá la opción de hablar una lengua sin pertenecer a ninguna entidad mixed emotions?

Vocabulario

Entre el catalán de L'Alguer y el estándar cambian algunos acentos, conjugaciones, evoluciones, palabras y significados. Como esborrar, que en el catalán local significa 'eyacular', razón por la cual en la misa algueresa el término ha sido sustituido por cancelar. El alguerés utiliza palabras que en catalán han caído en cierto desuso -como muller-, algunos castellanismos -tonto, sobrero, adiós-, algunos sardismos -Babu, es decir, 'papá'-, italianismos -al.lora, ma, ecco- y dialectalismos italianos -tunnu, que en siciliano es 'atún'-. El léxico escatológico, por otra parte, está muy cachas. La palabra mágica es pic -se pronuncia 'pitx'; es el órgano reproductor masculino, pero más contento-. Donde va un alguerés, allí escribe pic en la pared. En el aeropuerto de Singapur un alguerés extrovertido escribió esa palabra con caracteres gigantes sobre el cemento tierno. Yo lo vi.

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