'Las ventas son lo menos importante'

A la cantante Malú (María Luisa Sánchez), sobrina de Paco de Lucía, le irrita hablar del problema que le ha surgido al coincidir su nombre artístico con el de una cantante bilbaína así conocida desde hace tres lustros. Pero era inevitable en su reciente visita a Bilbao, donde ha promocionado un tercer elepé titulado Esta vez.

Pregunta. ¿Es Esta vez el disco que le apetecía escuchar?

Respuesta. Sí, es el disco que siempre he querido hacer. Es en el que más claro tenía todo y lo puedo llegar a escuchar. Es muchísimo más rico que los anteriores, en todos los sentidos.

P. ¿Sus dos primeros elepés no puede escucharlos?

R. No me gusta escucharme porque soy muy crítica. Podía haber cantado mucho mejor.

P. Así que, a su entender, ha madurado como cantante.

R. Sí, sobre todo como consecuencia de los directos, que te educan un poco más la voz. La mía ha sido una evolución natural, porque no he dado una clase de canto en mi vida. Además, empecé con 15 años y, quieras o no, la voz te va cambiando.

P. ¿No le da por componer?

R. Me apetece mucho, pero prefiero esperar un poquito. Plasmar los sentimientos que pasan por tu cabeza en una hoja es casi imposible. Me pongo a ello pero no sé de qué manera expresarlos.

P. Como sobrina de Paco de Lucía, ¿nunca se ha planteado utilizar su apellido?

R. No. Me parecía muy poco ético salir con un apellido que respeto mucho, que no me había trabajado y para el que, por supuesto, no tenía el más mínimo nivel.

P. Hablando de nombres, ¿qué tal lleva el problema que le ha surgido con la Malú bilbaína?

R. Genial, porque me he quedado con mi nombre. Lo llevo de puta madre porque esa marca es mía, yo la patenté antes.

P. ¿Es cierto que le pidió diez millones de pesetas?

R. No voy a hablar de cifras, pero la mujer se pensó que iba a vivir de eso toda su vida y le salió el tiro por la culata.

P. ¿Sus aspiraciones van más allá de las cifras de ventas?

R. Las ventas son lo menos importante. Lo que importa es terminar un trabajo, quedarte satisfecho y que sea rico musicalmente. Ahí está Antonio Vega, un pedazo de artista que no vende mucho.