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45.000 inmigrantes menores de 16 años viven en la región, el triple que en 1996

Las escuelas y los columpios madrileños se han internacionalizado. De cada 100 menores de 16 años, cinco son de origen extranjero, según el estudio Extranjeros en Madrid 2000 de la Delegación Diocesana de Migraciones (Asti). En la región viven 45.000 niños y adolescentes llegados de otros países, el triple que en 1996. Esta creciente presencia de chavales de otras culturas es un reto para las escuelas, donde están matriculados 38.000 inmigrantes de entre tres y 18 años.

El grupo más numeroso de menores extranjeros es el marroquí (8.536), seguido del ecuatoriano (6.316) y el colombiano (4.504). A distancia están los menores subsaharianos (2.888), dominicanos (2.564), peruanos (2.167), rumanos (1.796) y chinos (1.253). El 57% de estos muchachos (25.500) vive en el municipio de Madrid, algo normal teniendo en cuenta que casi siete de cada diez inmigrantes llegados a la región se afincan en la capital. Otras localidades con un número importante de menores extranjeros son Alcobendas (1.488), Fuenlabrada (1.256), Alcalá (1.057), Getafe (1.002) y Torrejón de Ardoz (974).

Los distritos de la capital con más menores inmigrantes son Carabanchel, Centro, Latina y Tetuán. Pero es en Centro y Tetuán, dos distritos envejecidos, donde mayor es el peso de estos chavales extranjeros. Por ejemplo, un 19% de los niños que viven en los barrios de Embajadores (Centro) y Berruguete (Tetuán) son hijos de inmigrantes.

Seis colegios de Centro (tres públicos y tres privados concertados) y dos de Tetuán (uno público y otro concertado) se han convertido en una especie de guetos, ya que más del 50% de sus escolares (hasta el 80% en algún caso) son extranjeros.

El 79%, en la escuela pública

El 79% de los niños inmigrantes están matriculados en la escuela pública y sólo un 21% en la concertada. Una parte de estos chicos precisan refuerzos educativos por problemas con el idioma o desfase de cursos. Cuando en un colegio empieza a haber muchos niños inmigrantes es frecuente que los autóctonos retiren a sus hijos -por temor a que los recién llegados retrasen la marcha del aula o por clasismo- y los matriculen en centros concertados, que, pese a recibir dinero público, son más reacios a acoger a las minorías. Y así, poco a poco, se crean los guetos.

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En la región hay 625 docentes dedicados a programas de compensación educativa en los que se atiende a los niños con más de dos años de retraso escolar, sea porque hablan otra lengua o porque pertenecen a una minoría étnica (gitanos) o proceden de una familia desestructurada. De los 24.000 chicos que necesitan este refuerzo en la región, 11.252 son inmigrantes. La Comunidad considera que el número de inmigrantes es 'todavía asumible' por las actuales estructuras educativas. Pero oposición y sindicatos reclaman un aumento de las partidas del Plan regional de Compensatoria, al que se prevé destinar 15.000 millones en cinco años.

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