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Bozzo rememoró la Grácia de su infancia en la apertura de las fiestas

La bodega a la que acudía semanalmente a comprar el vino para su familia, el bar en el que su padre solía jugar su partida de dominó con los amigos, nombres de calles hoy rebautizadas... La rememoración de escenarios muy vinculados a su infancia y en algunos casos ya desaparecidos fueron recordados con cariño por Bozzo, nacido en Gràcia como varias generaciones de su familia. En la plaza del Sol, en el año 1960, Bozzo oyó cantar por primera vez a Raimon 'y tuvimos ocasión de comprobar que en Gràcia casi todo el mundo estaba por la libertad', aseguró el actor.

El barrio tiene otras connotaciones para el hombre que lleva las riendas de una de las compañías teatrales más conocidas de Cataluña, Dagoll Dagom. El actor aseguró que el hecho de haber nacido y crecido en el barrio marcó su orientación profesional. 'Soy hijo y heredero del teatro de aficionados que se hacía en Gràcia', aseguró. 'Un día me puse a recordar los escenarios que había cerca de mi casa y me salieron más de una docena', indicó, para señalar a continuación que espacios como el Centre Moral, el Orfeó Gracienc o el Círcol 'mantuvieron la llama de la afición escénica a base de compañías de aficionados'.

En su pregón, Bozzo tuvo también palabras de elogio para los vecinos y asociaciones que con su esfuerzo hacen posible que las fiestas se celebren. 'La fiesta mayor es un acto civil, está montada desde la calle y no desde los augustos despachos oficiales, es posible por las ganas de divertirse de los vecinos', señaló. En la plaza de Rius i Taulet, sede del distrito, los asistentes al acto agradecían sus palabras con calurosos aplausos, incluso cuando el actor confesó haber renegado alguna vez del bullicio que se deriva de las fiestas e impide el descanso de los lugareños.

Pregón 'okupa' Los actos oficiales de las fiestas correrán en paralelo a los que ha organizado el colectivo okupa, muy activo en el barrio por ser una de las zonas de Barcelona con más casas ocupadas. Ayer, ellos también quisieron leer su pregón inaugural, y lo hicieron también en la plaza de Rius i Taulet, unos 10 minutos antes de que Bozzo empezara su parlamento. Tras hacer notar su presencia con un ruidoso despliegue de tambores e instalar un andamio portátil (lo traían a rastras por una de las calles perpendiculares a la plaza) bajo el balcón del Ayuntamiento, un representante del colectivo dirigió las reivindicaciones de éste a los asistentes valiéndose de un megáfono.

El pregón okupa criticó la contundencia de la policía en los recientes desalojos, especialmente el de la Kasa de la Muntanya, situada junto al parque Güell, y criticó la progresiva desvinculación de los vecinos a las fiestas 'cada vez más llenas de coca-cola y más vacías de contenido'. El representante del colectivo deploró la 'creciente especulación' del barrio y la falta de equipamientos como guarderías y zonas verdes, invitó a todos los barceloneses a sumarse a la fiesta, 'aunque si vienen con la actitud de Julia García-Valdecasas mejor que no vengan', y deslegitimizó la postura que ha adoptado con ellos el concejal del distrito, Ferran Mascarell: 'Nos ha pedido paz durante las fiestas y ha mostrado voluntad de diálogo. Pero creemos que cuando las fiestas terminen esta voluntad desaparecerá'.

Algunos vecinos se perdieron las palabras del pregonero oficial y también las del pregonero okupa. Estaban afanados en la tarea de completar la decoración de sus calles para conseguir que luzcan lo más atractivas posibles. Gràcia será durante una semana el centro de Barcelona, por lo menos el centro lúdico, y 25 de sus calles se han engalanado para la ocasión con motivos muy diversos y, aunque sea un vestido más modesto, muchas otras lucen tiras de papeles de colores de indudable sabor festivo. El olor a pintura, los retoques en los decorados, las personas trasegando arriba y abajo ramos de farolillos de papel, pinceles o cola, eran estampa común ayer por la tarde.

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El actor y director teatral Joan-Lluís Bozzo, ayer, durante la lectura del pregón.
El actor y director teatral Joan-Lluís Bozzo, ayer, durante la lectura del pregón.VICENS GIMÉNEZ

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