Paseo por el entorno del primer embalse
El Canal invierte 40 millones de pesetas en la reforma de la presa del Pontón de la Oliva para que pueda ser visitada
El Canal de Isabel II ha decidido abrir al público las instalaciones de la primera presa que formó parte de este organismo público, que gestiona el agua que consume la mayoría de los habitantes de la región. Se trata del Pontón de la Oliva, en Patones de Abajo, que se construyó al mismo tiempo que se creaba el Canal de Isabel II. De aquello hace ahora 150 años y el Canal quiere celebrarlo rindiendo homenaje a su primer embalse.
Cuenta Benito Pérez Galdós que, a medidados del siglo XIX, 'Madrid no tenía de metrópoli más que el nombre y la vanidad ridícula' y que los mil aguadores que repartían el agua por las casas de la capital eran parco remedio para la sed de sus habitantes, sobre todo 'en aquellos veranos ardorosos en los que el Ayuntamiento refrescaba y alimentaba las fuentes del Berro y de la Teja con cubas sacadas de otros pozos'.
Fue también entonces cuando al ministro de Comercio, Instrucción y Obras Públicas, Juan Bravo Murillo, decidió iniciar un proyecto tan ambicioso como increíble en aquellos tiempos: construir un canal que acercara las ricas y frescas aguas de la sierra hasta la ciudad. El río Lozoya tenía todas las papeletas para salir escogido. Con la idea bajo el brazo, Bravo Murillo le planteó el proyecto a Isabel II, y tanto gustó el proyecto a la Reina que, el 18 de junio de 1851, dictó un real decreto, refrendado por su creador, que además de ocuparse de las Obras Públicas era también presidente del Consejo de Ministros. Como tal, dispuso que el Gobierno realizara la ejecución de los trabajos a través de un canal derivado del río Lozoya, el cual llevaría el nombre de Canal de Isabel II, en honor a la soberana.
Siete años tardaron en completarse los primeros 76 kilómetros del Canal. Después, el ingeniero encargado de la obra, Lucio del Valle, pensó en construir una presa que sirviera de almacén para que el caudal del río no menguara en periodos de sequía. Eligió como lugar idóneo un encajonamiento del río cerca de Patones, justo donde el Lozoya desemboca en el Jarama. Allí se construyó un penal y hasta allí se desplazaron a 2.000 presidiarios para que levantaran el embalse.
Acababa de nacer la primera presa del Canal de Isabel II, que recibió el nombre de Pontón de la Oliva. Su remate llegó en 1858, cuando se cumplían 10 años del plan proyectado por Bravo Murillo. La conclusión de las obras permitió disponer de una presa con una capacidad de embalse de tres millones de metros cúbicos de agua, con una planta recta de 78,80 metros de longitud y de 31 metros de altura. El embalse quedó fuera de servicio en 1972, cuando entró en funcionamiento la presa de El Atazar, la más grande de la Comunidad de Madrid.
Mucho ha llovido desde entonces y precisamente hoy, 11 de agosto de 2001, se cumplen 150 años de aquella decisión. El Canal no está dispuesto a dejarla pasar por alto y ha optado por conmemorar tales hechos.
Por eso, la presa del Pontón de la Oliva recibió ayer una especial atención. El vicepresidente del Canal, Juan González Blasco, inauguró ayer las obras que han servido para remodelar la presa y, de alguna manera, rindió homenaje a la colocación de la primera piedra de lo que fue el primer pantano que acumuló agua para los madrileños. La empresa pública ha invertido en los últimos meses 40 millones de pesetas para acondicionar un entorno de 300 metros, alrededor de la presa, haciendo lo posible por que su aspecto sea lo más parecido al que poseía en su origen.
Caminos empedrados
Las obras han consistido en construir caminos con el mismo tipo de empedrado de hace 150 años; reconstruir un puente de madera, similar al que cada día cruzaban los presidiarios que construyeron el embalse; asegurar las barandillas de las pasarelas; señalizar las zonas con carteles explicativos de las características de las obras, y suprimir el acceso de los visitantes a la coronación de la presa para evitar caídas.
El siguiente paso que da hoy el Canal es abrirlo al público para que la obra, en su día faraónica, pueda ser visitada por todos. A partir de septiembre, se organizarán visitas guiadas a esta obra de ingeniería civil.
Otra de las iniciativas del Canal para conmemorar sus 150 años de historia y el origen de la presa, es la restauración del plano presentado al rey consorte, Francisco de Asís, el día de la inauguración de las obras, y el cuadro donde este monarca colocó la primera piedra, obra del artista José Carol, en 1853.
Para acceder a la presa del Pontón de la Oliva es preciso llegar hasta Patones de Abajo y, desde allí, dirigirse hacia la presa de El Atazar; antes de llegar a este embalse se encuentra el Pontón. El Canal ha construido un aparcamiento con capacidad para 100 vehículos en las inmediaciones de la presa.
Si la visita es individual, cualquiera puede hacer el recorrido, estimado en una hora y media de duración. Para visitarlo en grupo, a partir de septiembre, hay que anunciar la visita en el Canal de Isabel II (91 593 35 30) y el día elegido un monitor enseñará las vetustas pero reformadas instalaciones. La decisión del Canal de 'fomentar' la visita a la presa ha recibido, sin embargo, las primeras críticas. Algunos visitantes habituales de la zona temen que la llegada masiva de gente puede deteriorar el entorno.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.