'Fuera del área me encuentro perdido'
Amante de los balones cruzados, por aire o a ras de hierba, Fernando Morientes (Sonseca, Toledo, 1975), vio sentado en la grada del estadio Bernabéu, 'con impotencia', cómo Figo enviaba centros a discreción durante la temporada pasada. No pudo rematarlos. Una lesión de pubis le amarró a la enfermería y el Real Madrid perdió a su referencia en el área, a uno de los nueves más completos del fútbol.
Con su renovación hasta el 30 de junio de 2006 en el bolsillo, Morientes se prepara ahora para un nuevo curso prometedor con la presencia de Zidane, otro especialista de lujo en lanzar a los arietes. Que marque goles a granel dependerá, eso sí, del esquema del Madrid, que anoche se enfrentó al Cruz Azul, mexicano, en el Trofeo Teresa Herrera, en A Coruña, y de que le gane el puesto a Guti, que pisa fuerte.
Pregunta. ¿Cómo se recuperó de la lesión de pubis?
Respuesta. La operación fue un éxito. No me he perdido ningún entrenamiento en la pretemporada y espero estar al ciento por ciento para el comienzo de la Liga. Noto la inactividad de los tres meses sin jugar y durante los primeros días en Nyon me costó un poco más que a mis compañeros. La pierna me tenía acostumbrado a los dolores, pero se me han pasado. El quirófano ha hecho que desaparezcan. No hay secuelas. Eso, para un delantero como yo, es clave. Esa pequeña diferencia física se nota en los metros finales más que en ningún otro lugar del campo. El punch que tienes cuando estás bien es totalmente diferente. Además, una pequeña molestia te afecta psíquicamente porque piensas en el dolor y en el partido y es complicado meterlo todo en el mismo bombo. En los metros finales, el ser explosivo es fundamental porque necesitas ganar medio metro o saltar medio segundo antes que el defensa para poder rematar antes.
P. ¿Cómo se explica que su juego mejore tanto en el área y se pierda a medida que se retrasa?
R. Las características de uno, esos buenos hábitos, hay que intentar explotarlos y perfeccionarlos al máximo y mis condiciones dependen mucho del área hacia la portería. Fuera de ella me encuentro un poco más perdido. Otros jugadores se reconvierten. Yo, desde que empecé, jugué como delantero centro e intenté explotarlo. Fuera del área, mi único objetivo es fijar las defensas o hacer movimientos para que mis compañeros penetren. Un movimiento de ésos puede ser más importante que una jugada de gol.
P. Usted se ha convertido en uno de los delanteros centros más completos de Europa. De todas las formas de golear que practica, ¿cuál es su preferida?
R. A partir de los 14 o los 15 años destaqué por arriba porque era un poquito más alto que mis compañeros. Mi naturaleza es la de cabeceador. Siempre he intentado potenciar el salto porque hay que mejorar dentro de las opciones de cada uno. Definir una jugada al primer toque es algo que se aprecia en un delantero porque en el área no te dan tiempo a pensar y si te paras puedes perder el balón. También he intentado mejorar mi remate con las dos piernas porque en mi puesto hay poco tiempo para perfilarse según el balón te venga desde la izquierda o la derecha. Sin embargo, a mí, siempre me han gustado los goles de cabeza. Tengo debilidad por ellos.
P. ¿Qué balón remata mejor: un pase al hueco o un centro cruzado?
R. Desde los 16 años, cuando empecé a jugar en el Albacete, todos los movimientos ofensivos en bloque iban desde la banda hacia la posición del delantero centro. Desde entonces siempre me ha gustado el fútbol vertical en ese sentido, de la banda al centro. Por eso la temporada pasada vi con impotencia, sentado en la grada, a Figo.
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