La animación española se sitúa entre las más productivas de Europa
Series como 'Las tres mellizas' se emiten en 177 países
'Cuando nosotros empezamos teníamos claro que esto era un negocio global', comenta Reitg. La primera lengua a la que se doblan todas las series en Cromosoma es el inglés. Y, de hecho, en la página web de esta productora catalana, íntegramente en inglés, Las tres mellizas son The triplets. 'El dinero que se invierte no se puede recuperar en el mercado español'. Reitg reconoce, sin embargo, que existen problemas para adaptar ciertos contenidos a todas las culturas. Tal es el caso de otra de sus series, La bruja aburrida, cuya protagonista desarrolla toda clase de trucos y sortilegios. 'Esto te imposibilita venderla en cualquier país árabe porque el Corán prohíbe la magia', explica.
Hay algo que personajes y series animadas comparten: la condición de 'apátridas'. Estas producciones no pueden solicitar el certificado de nacionalidad española y, por tanto, no pueden acogerse a los convenios de coproducción con otros países.
El sector de la animación en España ha generado durante el último lustro como media una veintena de series para televisión por año, según datos de la Asociación Española de Productores de Animación. Un volumen de producción que, sin embargo, no ha crecido parejo a la cuantía de las ayudas públicas a este sector, que simplemente no existen. Todas las subvenciones del Gobierno están orientadas al cine.
La zancadilla de Mickey
Los grandes estudios de EE UU y Japón son los principales competidores de las productoras españolas. Los del país de Mickey, por la implantación y popularidad de sus personajes. En el caso nipón, por lo baratas que resultan sus series. 'Vienen de un mercado que se autofinancia y están dispuestos a bajar el precio', señala Ana Sánchez, directora de mercadotecnia y comunicación de BRB Internacional. Pero hay otra razón más, 'algo que no se dice', indica Antoni d'Ocon. Cuando venden sus películas a las cadenas de televisión, 'las multinacionales imponen lotes' con sus propias series.
Pese a las críticas, Antonio Zurera, codirector de Milímetros, reconoce también que las grandes productoras han sido las responsables de que 'los dibujos de animación sean mucho más vendibles a otros países que las series de imagen real'. Cita el ejemplo de Médico de familia, que pese al gran éxito de sus 119 capítulos en España, sólo pudo exportarse a otros siete países. Precisamente Globomedia coproduce en estos momentos con Crea Anima2, Publigoblo y la RAI su versión en dibujos animados, que estará lista para su emisión en Italia en 2002.
El público infantil, al que se dirige la mayoría de las series, es muy homogéneo. Aunque no hay que olvidar que 'Disney se ha dedicado a colonizar a los niños de todo el mundo desde hace tiempo', añade Zurera. 'Todos hemos crecido con los dibujos americanos y nos hemos acostumbrado a ese estilo gráfico'.
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